Tesorillo de Francolí

En el año 2002 el investigador numismático Leandre Villaronga escribe «Después de mucho tiempo de espera , se nos ha hecho asequible un hallazgo que tuvo lugar años atrás, en el período de la guerra civil, en un lugar indeterminado cerca del Francolí, no muy lejos de Tarragona» (Villaronga, 2002). Añade que «captamos enseguida la importancia del hallazgo para la datación del origen del denario ibérico de Kese».

El Francolí, el antiguo Tulcis, es un río catalán que recorre la provincia de Tarragona hasta desembocar en el mismo puerto de su capital.

Algunos rumores hablan de que el hallazgo se produjo en la Cova de la Font Major, situada en L´Espluga de Francolí, en la que recientemente se han descubierto más de un centenar de grabados rupestres paleolíticos, aunque hasta ahora ninguna fuente fidedigna corrobora este dato.

 

 

El tesorillo estaba compuesto por 46 monedas de plata, con la siguiente distribución:

  • 1 quadrigatus RRC 28/3 a 33/1.
  • 35 denarios romanos republicanos.
  • 10 denarios de Kese.

Cuadrigato: 1 ejemplar

Cuadrigato RRC 28/3 (ajeno al tesorillo). ANS.

El quadrigatus o cuadrigato era una moneda romana de plata con valor de didracma, caracterizada por llevar en su reverso una cuádriga conducida por una Victoria (la Niké de los griegos). Bajo este carro conducido por cuatro caballos está la inscripción ROMA. En su anverso muestra el busto juvenil de Jano bifronte. Seguía el sistema ponderal griego, y se emitió desde alrededor del 235 a.C. hasta que fue sustituida por el denario hacia el 211 a.C. , pues con el inicio de la II Guerra Púnica se impuso un cambio en el sistema monetario romano y su patrón de pesos.

Para Villaronga, el ejemplar del tesorillo estaría en un rango entre RRC 28/3 y RRC 33/1 . Su peso es de 6,08 g y tiene el eje de cuños a las 3 h. Presenta un mal estado de conservación.

 

Denarios romanos republicanos: 35 ejemplares

RRC 169/1 ajeno al tesorillo (foto British Museum)

El denario más antiguo es un RRC 58/2 del 207 a.C. Los más recientes son un RRC 169/1 del 199-170 a.C. y once ejemplares del RRC 164/1 del 179-170 a.C. que servirán para datar el conjunto.

Tratándose todos ellos de denarios antiguos y en buen estado de conservación llama la atención su bajo peso.

 

Denarios de Kese: 10 ejemplares, todos catalogados como MIB 46/019a.

Seguiremos la numeración de los ejemplares que dio Villaronga en su artículo sobre el tesorillo, pero los clasificaremos según su monografía sobre la ceca de Kese (Villaronga, 1983) que fue publicada casi veinte años antes por lo que este hallazgo no viene reflejado.

Para nuestra sorpresa, hemos detectado algún error en cuanto a las combinaciones de cuños que describe en su estudio:

  • En mi opinión, aunque puedo estar equivocado, el ejemplar 38 comparte cuño de anverso con el ejemplar 37, por lo que su anverso sería 7 (y no 8, como indica).
  • Menos dudas existe en cuanto al ejemplar 44. Su anverso no es del mismo cuño que los de los ejemplares 43 y 45 como señala el autor, sino que es igual que el del ejemplar 46. Por lo tanto sería anverso 26.

Enlaces de cuños:

  • 37 y 38 comparten anverso
  • 39 y 40 ídem
  • 43 y 45 ídem
  • 44 y 46 ídem
  • 38, 39 y 40 comparten reverso
  • 43 y 46 ídem
  • 44 y 45 ídem

En una tabla serían como sigue: excel-denarios-kese

  • 37:   7 —— 5
  • 38:   7 —— 6
  • 39:  10 —– 6
  • 40:  10 —– 6
  • 41:  12 —- 10
  • 42:  17 —- 14
  • 43:  23 — 24
  • 44:  26 — 26
  • 45:  23 — 26
  • 46:  26 — 24

Por lo tanto comprobamos que existen varios enlaces de cuños entre los ejemplares de este tesorillo, dándose un caso en que incluso comparten ambos (ejemplares 39 y 40), lo que indicaría poca dispersión, es decir, debieron ser acuñados en un lugar relativamente próximo al hallazgo y no hubo de transcurrir mucho tiempo desde que fueron acuñados hasta el momento de su ocultamiento.

 

nº 37                       Anverso 7 / Reverso 5               Peso 4,20 g               Eje 2h

 

nº 38                       Anverso 7 / Reverso 6               Peso 4,25 g               Eje 7h

 

 

nº 39                     Anverso 10 / Reverso 6              Peso 4,15 g               Eje 3h

 

nº 40                     Anverso 10/ Reverso 6               Peso 4,10 g               Eje 1h

 

nº 41                      Anverso 12 / Reverso 10             Peso 4,18 g               Eje 10h

 

nº 42                     Anverso 17 / Reverso 14             Peso 4,00 g               Eje 5h

 

nº 43                     Anverso 23 / Reverso 24            Peso 4,12 g               Eje 11h

 

nº 44                      Anverso 26 / Reverso 26            Peso 4,00 g               Eje 3h

 

nº 45                      Anverso 23 / Reverso 26            Peso 3,89 g               Eje 12h

 

nº 46                     Anverso 26 / Reverso 24            Peso 3,95 g               Eje 6h

 

Los diez ejemplares salieron a la venta en sendas subastas realizadas por una conocida firma española en el 2011.

La importancia crucial de este tesorillo es que gracias a él Leandre Villaronga estableció la datación del inicio de la acuñación de los denarios ibéricos hacia el primer cuarto del siglo II a.C.

La ausencia de denarios ibéricos en los tesorillos de la segunda guerra púnica y en los de los levantamientos de los iberos producidos hasta el 195 a.C. siempre hizo pensar al investigador catalán que deberían haber sido emitidos posteriormente a esa fecha, pero a inicios del siglo II a.C.

Las emisiones Crawford 164 y 169 las dató este autor como no posteriores al 170 a.C., fecha en la que se suspende temporalmente la acuñación de denarios romanos. Al ser estos ejemplares los que cierran el tesorillo de Francolí se puede concluir que los denarios de Kese presentes en él, casi sin signos de circulación y además con varios enlaces de cuños que apoyarían su escasa dispersión espacio-temporal, fueron emitidos coetáneos a esos denarios romanos, esto es, en el primer cuarto del siglo II a.C., siendo precisamente la primera ceca en acuñar denarios ibéricos.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

Villaronga, 1983: Leandre Villaronga, «Les monedes ibèriques de Tàrraco». Tarragona. 1983.

Villaronga, 2002: Leandre Villaronga, «Troballa del Francolí. Testimoni per a la datació del denari ibèric de Kese», Acta Numismática 32, pp. 29-43. Barcelona. 2002.

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Colección Aldecoa

Antonio Aldecoa Lecanda (1922-1976)

Antonio de Aldecoa y Lecanda fue uno de los coleccionistas de denarios ibéricos más destacado del pasado siglo XX. Reunió una importantísima colección de moneda española entre la que sobresalían los ejemplares de la Hispania Antigua, los 8 reales y duros de plata y los escudos de oro, destacando el famoso «duro de Gerona» de 1809 con el busto de Fernando VII. En cuanto a los denarios ibéricos, sus piezas, de gran relevancia, han sido citadas por los principales investigadores numismáticos, como Villaronga, Beltrán, García-Bellido, Ripollès, etc…

Hijo de Antonio de Aldecoa Olabarrieta y de María Dolores Lecanda Ipiña, nació el 15 de septiembre de 1922 en Bilbao, donde tras estudiar el Bachillerato cursó con éxito Ingeniería Industrial, como su padre. Acabó el último año de la carrera en Barcelona, donde acabó residiendo y trabajando en la delegación de FEFASA, pero sin perder en ningún momento su vínculo con Bilbao hasta el punto de que ahí nacieron sus cuatro hijos, fruto de su matrimonio con Mª Asunción Eguillor.

Según testimonio de uno de sus hijos, la afición de Antonio por la numismática comenzó por el regalo que le hizo su padre de un duro de plata que apareció en la playa de Laida (Ibarrangelua, Vizcaya), donde de vez en cuando aparecían monedas procedentes del naufragio del San Bartolomé.

Denario de Bolskan del grupo 0 b, con signo Bo con trazo vertical. MIB 79/01b. Ex Aldecoa (col. Suárez)

Esta afición fue en aumento, hasta el punto de que se recorría media España en compañía de su esposa e iba pueblo por pueblo contactando con las fuerzas vivas de la cultura local. En palabras de su hijo Íñigo:

«Mi padre tenía una estrategia muy efectiva que aplicó durante muchos años. ¡Pensemos que hablamos de los años 50! Cuando llegaba a un pueblo contactaba con su cura. Posiblemente éste le enseñaría la iglesia, ya que mi padre era muy aficionado a la arquitectura y al arte (era un enamorado tanto del gótico como del románico y de sus retablos). Como sabía que normalmente los curas y los maestros eran el epicentro cultural del pueblo, le preguntaba qué vecinos habían encontrado monedas antiguas. Sabemos que en esa época en España no había muchos tractores. El agricultor iba con el arado detrás del mulo y de vez en cuando desenterraba alguna moneda. Veía que era algo especial e iba donde el cura a enseñársela. De este modo el cura acompañaría a mi padre o le daría la dirección del paisano que había encontrado el ejemplar. Supongo que eran épocas donde, salvo unos pocos lunáticos, nadie estaba interesado en monedas. Por supuesto también era un asiduo visitante de los anticuarios. Le encantaban. Todos los hermanos hemos pasado muchas horas acompañando a mi padre visitando tiendas de antigüedades.»

Denario de Bolskan del grupo III, MIB 79/07a, con un estilo parecido a los de Turiasu. Ex Aldecoa (col. Suárez)

Sus inquietudes culturales le convirtieron en lo que podríamos denominar un auténtico hombre del Renacimiento del siglo XX. Fue miembro de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, en su sección alavesa.

Otra de sus aficiones eran las armas antiguas, especialmente las fabricadas en el País Vasco. Llegó a tener una selecta colección de pistolas de pedernal y de pistón, siendo más de la mitad de ellas de orígenes vascos. 

También era un gran amante de los libros, y reunió una importante biblioteca. «Tras la muerte de mi padre mi madre vendió parte de su colección de libros. Recuerdo que el librero que vino a casa se quedó impresionado y, aunque intentó disimular, se notaba que veía muy buenos ejemplares. El librero traía un fajo de billetes considerable y pagó en efectivo. Mi madre donó el importe de la venta a la Parroquia pues decía que no podía gastarse el dinero de esos libros que compraron ellos dos juntos tantas veces» (Íñigo Aldecoa). En el 2018 buena parte del resto de su biblioteca, unos 600 ejemplares, ha sido donada al Seminario de Estudos Terra de Viveiro

 

Prensa para improntas. Antonio Aldecoa.

Fruto de su afición e interés investigador en Numismática vio claramente la necesidad de documentar su colección mediante tejuelas donde anotaba las características de cada ejemplar: ceca, grado de rareza, datos de su adquisición, etc… Asimismo disponía de un trípode artesanal para su equipo fotográfico con el que fotografió todos sus denarios. Pero lo más curioso es que encargó construir una prensa para la elaboración de improntas, que aun conserva uno de sus hijos. Tras el prensado y obtención de la impronta pasaba delicadamente una mina de grafito para destacar la imagen, con un resultado estupendo.

Preciosa impronta de un denario de Bentian. Antonio Aldecoa.

 

En 1965 publicó en la Revista Nvmisma (para la colección de artículos en homenaje a d. Pío Beltrán Villagrasa) un trabajo sobre una nueva leyenda ibérica (Aldecoa, 1965). Se trataba del estudio de un ejemplar de bronce depositado en el entonces Museo Arqueológico de la institución Príncipe de Viana, de Pamplona, (hoy Museo de Navarra) en el que detecta una nueva leyenda en signario ibérico que transcribe como Olcairdun. Compara su estilo con el de otros ejemplares de Kueliokos y Barskunes, y propone como posibles localizaciones de esta ceca a las actuales Oiartzun y Olite. Actualmente la lectura admitida es OLKaIRUN y su localización sigue siendo un enigma, aunque nos decantamos por la zona de Navarra a pesar de que el reciente hallazgo de un solo ejemplar en Cigales (Valladolid) ha llevado a proponer esta población castellana entre las candidatas (Martínez y Amela, 2018).

Denario de Konterbia Karbika, tipo 4 (A3/R2). MIB 135/01a. Ex Aldecoa (col. Suárez)

Antonio Beltrán precisamente menciona a Aldecoa por ese artículo: «Un interés especial reviste la emisión de ases por una ceca de nombre OKIKAURUN, que conocimos hace muchos años a través de una impronta llegada a manos de Pío Beltrán y que supusimos de una localidad desconocida de la Navarra central, alejada del valle del Ebro. Esta pieza fue a parar al Museo de Pamplona y fue publicada por Antonio Aldecoa Lecanda y recogida después por Guadán, con la lectura Olcairdun u Olcairun» (Beltrán, 1987). Hemos de señalar que la transcripción Okikaurun que hace Beltrán no nos parece correcta. También aparece citado este ejemplar, pero ahora con la lectura Olcairum, en el catálogo de moneda ibérica del Museo de Navarra (Labé, 1987).

Denario de Ikalkusken, clase II, tipo 24. MIB 154/06b. Ex Aldecoa (col. Suárez)

 

Antonio Aldecoa Lecanda falleció a los 54 años víctima de un infarto de miocardio mientras conducía su vehículo para visitar a sus hermanas de Vitoria. Ramiro Larrañaga, un erudito en la temática armera, le dedicó una sentida necrológica en la prensa. Tras la muerte de la que fue su esposa, los hijos decidieron subastar la colección de monedas a través de una conocida casa numismática española.

Denario de Sesars. MIB 84/02c. Ex Aldecoa (col. Numisma).

 

Quiero agradecer la inestimable ayuda de la familia Aldecoa para la elaboración de esta entrada. Si el legado que dejó D. Antonio es impresionante tanto para numismáticos como para bibliófilos, estoy seguro de que su mayor motivo de orgullo sería la familia que formó. Encontrar personas con tan buena disposición y tanta gentileza es uno de los motivos que me animan a seguir con este blog de divulgación. Gracias.
Fotografías de las monedas (excepto denario de Sesars): Javier Manso

BIBLIOGRAFÍA

Aldecoa, 1965: Antonio Aldecoa Lecanda. Nueva leyenda ibérica, Nvmisma 73, marzo-abril 1965, pp. 15-17.

Beltrán, 1987: Antonio Beltrán. “Nota sobre las acuñaciones ibéricas en Navarra”, en I Congreso General de Historia de Navarra, Edad Antigua, en Pamplona, 1986. Revista Príncipe de Viana, Anejo 7, pp 339-348. 1987.

Labé, 1987: Juan Francisco Labé Valenzuela. «Catálogo del monetario ibérico del Museo de Navarra«, Trabajos de Arqueología Navarra, nº 6, pp 107-239, 1987.

Martínez y Amela, 2018: David Martínez Chico y Luis Amela Valverde. “La ceca de Olkairun y su posible localización”, Hispania Antiqva. Revista de Historia Antigua XLII (2018) pp. 77-87.

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Tesorillos de Padilla de Duero

Zona Arqueológica de Pintia (fotografía aérea: pintiavaccea.es)

 

En Padilla de Duero, una pedanía de apenas 150 habitantes perteneciente al ayuntamiento de Peñafiel (Valladolid) se han descubierto dos tesorillos documentados que contenían denarios ibéricos. Ambos han merecido sendas entradas independientes en este blog, sirviendo la presente para contextualizarlos debidamente.

Todo empezó a mediados del siglo XIX cuando era frecuente la búsqueda intensiva de yacimientos de fosfatos de origen óseo con los que nutrir la floreciente industria de estas sales utilizadas para el abono de los campos en un intento de paliar la situación de crisis económica que entonces sufrían las poblaciones rurales castellanas (Sanz y Escudero, 1995). De este modo los restos óseos de numerosos yacimientos arqueológicos de la Meseta Norte se convirtieron durante un corto espacio de tiempo en una fuente fácil de explotar al estar carentes de toda protección. Se correspondían con «establecimientos de naturaleza estable y amplias dimensiones que, en términos generales, pueden encuadrarse como de celtibero-romanos en adelante y comportó evidentemente la exhumación pareja de un nutrido conjunto de piezas y útiles arqueológicos que fueron prontamente objeto de intenso comercio» (Gómez y Sanz, 1993).

José Martí y Monsó (1840-1912) (foto BDCYL)

Un informe de 1871 revela que fueron extraídas 460 toneladas en Padilla de Duero y es en dicho documento, elaborado por la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos para inspeccionar los hallazgos ocurridos allí, donde se plasma por primera vez la naturaleza celtibero-romana del asentamiento de Las Quintanas, en Padilla de Duero (Orodea y Martí, 1873).

Años después esta actividad industrial decayó debido a la importación de guano sudamericano. Como la Comisión no obtenía fondos para realizar excavaciones la atención por yacimiento fue declinando, y no será hasta 1892 que el erudito Federico Hernández y Alejandro acometerá las mismas durante catorce años en Las Quintanas (Hernández y Alejandro, 1905-1906) por iniciativa propia.

Llega después una larga etapa de olvido, aunque se suceden varios hallazgos esporádicos. Ya en los años sesenta del pasado siglo XX se descubrió un nuevo sector arqueológico en la orilla opuesta del río Duero, en el pago de Carralaceña, que resultó ser un barrio artesanal de naturaleza fundamentalmente alfarera.

En 1974, a consecuencia de la deforestación de un pinar, se descubrió lo que resultó ser la necrópolis vaccea a unos 300 m de Las Quintanas, en el área llamada Las Ruedas, donde junto a los tocones de los pinos se extrajeron grandes cantidades de ajuares funerarios que pasaron a formar la colección que reunió su descubridor, T. Madrazo, con más de trescientos objetos metálicos e innumerables piezas cerámicas y vítreas de época celtibérica y cuya selección fue publicada pocos años después (Mañanes y Madrazo, 1978).

Ajuar funerario en una tumba de Las Ruedas (foto pintiavaccea)

Como consecuencia de la concentración parcelaria de 1984 y los planes de riego de la Confederación Hidrográfica del Duero, y con la introducción de los tractores agrícolas y las obras para la canalización del regadío, se empiezan a intensificar los hallazgos de material arqueológico pues se accede a niveles antes no alcanzados. La aparición fortuita en 1968 del primero de los tres tesorillos en el área de Las Quintanas inauguró una nueva etapa en la historia del lugar, pero es con la aparición del segundo fruto de actividades clandestinas de buscadores furtivos lo que pone en marcha la primera excavación arqueológica de urgencia en 1985 «a fin de contextualizar dicho hallazgo suntuario» (Gómez y Sanz, 1993).

A partir de ahí comenzará la investigación del conjunto arqueológico y se avanza sustancialmente en su conocimiento.

Aunque al principio se pensaba que el modelo de la celtiberización del territorio vacceo explicaba bien los hallazgos materiales presentes en los yacimientos (como la cerámica a torno anaranjada y pintada), en el III Simposio sobre Celtíberos celebrado en Daroca en 1991 quedó patente que el patrón de asentamiento vacceo es diferente que el celtíbero, y es reflejo de una distinta estructura socioeconómica (Sanz y Coria, 2019). De este modo se empezará a hablar de la Arqueología Vaccea como algo propio y no como una parte periférica del mundo celtibérico.

Tres son los tesorillos documentados aparecidos en Padilla de Duero:

  • Padilla de Duero I: compuesto por joyas y unos 150 denarios ibéricos.
  • Padilla de Duero II: compuesto por joyas y 17 denarios ibéricos.
  • Padilla de Duero III: compuesto solamente por joyas, sin la presencia de monedas.

 

Joyas del tesorillo de Padilla de Duero III. Museo de Valladolid (foto Delibes et al. 1993)

Al tesorillo de Padilla III no le dedicaremos una entrada propia debido a la ausencia de denarios en su composición, pero su historia es como sigue. En junio de 1985 se ejecutaron unas obras para la extensión del regadío a cargo de la Confederación Hidrográfica del Duero. Al excavar una zanja en la que aparecieron niveles de la II Edad del Hierro un operario descubrió un conjunto de joyas cuyo hallazgo no trascendió hasta casi un año después, cuando según rumores se pretendía ponerlo a la venta. Los arqueólogos que realizaban el seguimiento de la obra contactaron con el titular de la subcontrata, Daniel Moro, que aunque al principio negó su existencia al final se avino a llegar a un acuerdo económico para cederlo a la Junta de Castilla y León. Sin embargo, la falta de entendimiento entre las partes derivó en vía judicial y finalmente la joyas acabaron en el Museo de Valladolid en 1988 (Delibes et al., 1993) con improcedencia del pago de indemnización dadas las circunstancias del hallazgo.

Su composición era la siguiente:

  • 4 torques de plata. Uno de ellos había sido remitido a Madrid para su valoración y no pudo ser recuperado.
  • 2 brazaletes espiraliformes de plata.

 

Pintia (dibujo cortesía de José Ramón Hernández Correa)

 

Pintia es la mansio romana citada por Ptolomeo en su Geografía (libro II, 5) y la IV mansio de la via ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam del itinerario Antonino.

Se considera que las 120 hectáreas de yacimiento localizadas en los términos de Padilla de Duero y Pesquera de Duero serían el lugar de asiento del oppidum vacceo-romano de Pintia, en el que se distinguen varias áreas, siendo Las Quintanas el núcleo poblacional (Sanz y Velasco, 2003).

  • Las Quintanas: es el área residencial, de 25 Ha de terreno sobreelevado 2-3 m configurando un pequeño tell, y delimitado por el río Duero a un lado y una línea defensiva con murallas y fosos de más de un kilómetro que lo cierra. Se aprecian en él varios episodios de destrucción violenta, con hasta siete niveles de destrucción por incendios. Sería la ciudad vaccea de Pintia, que luego continuó habitada en época romana. Fue reutilizada como cementerio en tiempo de los visigodos y se abandonó con la invasión árabe.
  • Los Hoyos: en el 2000 se descubrió una muralla que debió de construirse para el asedio romano a la ciudad.
  • Las Navas: zona de configuración pantanosa.
  • Las Ruedas: Es la zona más estudiada. De unas 6 ha, es la necrópolis de cremación, con más de 300 tumbas. Tras la incineración los restos óseos del difunto junto con su ajuar se recogía en una urna cineraria y se trasladaba a un hoyo, que se señalizaba con lajas de piedra o incluso estelas.
  • Los Cenizales: hornos crematorios muy próximo a la necrópolis. Gran acumulación de depósitos cenicientos.
  • Carralaceña: De unas 9 ha y situado al otro lado del río, adonde se accede por un vado natural, ya en el municipio de Pesquera de Duero. Era el barrio artesanal, con sus propias viviendas y necrópolis, con hornos alfareros. Restos de cerámica a torno.

Se ha podido asimismo identificar la presencia de una potente muralla de grandes adobes forrada de piedra en su exterior, así como un gran foso (Sanz et al, 2014).

El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica en 1993.

En el 2009 se le incluyó en la Lista Roja del Patrimonio, por su exposición a labores agrícolas y a actividades furtivas de saqueo arqueológico, como las ocurridas en 1990 con más de 1000 hoyos excavados (Sanz y Escudero, 1991) o los más de 300 en el 2004.

La Fundación en el 2001 del Centro de Estudios Vacceos «Federico Wattemberg» en Padilla de Duero, adscrito a la U. de Valladolid, dio un impulso a su conocimiento y desarrollo. Recomiendo visitar su web pintiavaccea.es de donde he podido extraer gran parte de la información para la elaboración de esta entrada.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Delibes et al., 1993: Germán Delibes de Castro, Ángel Esparza Arroyo, Ricardo Martín Valls y Carlos Sanz Domínguez: Tesoros celtibéricos de Padilla de DueroArqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero, pp. 397-470. Romero Carnicero, Sanz Mínguez, Escudero Navarro (eds.). Junta de Castilla y León. Valladolid. 1993.

Gómez y Sanz, 1993: Alicia Gómez y Carlos Sanz: El poblado vacceo de las Quintanas, Padilla de Duero (Valladolid): aproximación a su secuencia estratigráfica. Junta de CyL. 1993

Hernández y Alejandro, 1905-1906: Federico Hernández y Alejandro: Excavaciones en Las Quintanas, Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones, Tomo II, pp. 510-511. 1905-1906.

Mañanes y Madrazo, 1978: T. Mañanes y T. Madrazo: Materiales de una necrópolis vallisoletana de la Edad del Hierro, Trabajos de Prehistoria 35, 1978, pp. 425-432.

Orodea y Martí, 1873: Eduardo Orodea e Ibarra y José Martí y Monsó: Informe sobre las excavaciones en el término de Padilla de Duero. Valladolid. 1873.

Sanz y Coria, 2019: Carlos Sanz y José Carlos Coria: Zona Arqueológica Pintia y Universidad de Valladolid (1979-2019: la construcción del conocimiento científico ysu extensión a la sociedad, a cuarenta años vista. En: Excisión en claroscuro, luces y sombras. VacceArte. 2019.

Sanz y Escudero, 1991:  Carlos Sanz y Zoa Escudero: “Pintia: Un Bien de Interés Cultural por proteger”, Revista de Arqueología, 126, pp. 13-20.

Sanz y Escudero, 1995: Carlos Sanz y Zoa Escudero: El conjunto arqueológico de Padilla/Pesquera de Duero (Valladolid). Evolución del asentamiento durante la etapa indígena. Junta de CyL. 1995.

Sanz y Velasco, 2003: Carlos Sanz y Javier Velasco: Pintia. Un oppidum en los confines orientales de la región vaccea. Universidad de Valladolid. 2003.

Sanz et al, 2014: Carlos Sanz, Fernando Romero, Cristina Górriz y Roberto de Pablo: El complejo defensivo de Pintia (Padilla de Duero/Peñafiel, Valladolid). En VII Simposio sobre los Celtíberos. Teruel. 2014.

 

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Tesorillo de Padilla de Duero II

El yacimiento arqueológico situado en los términos de Padilla de Duero y Pesquera de Duero se considera el lugar de asiento de la ciudad vacceo-romana de Pintia. En sus más de 120 ha se distinguen varias zonas, siendo la de Las Quintanas la correspondiente al núcleo poblacional (Sanz y Velasco, 2003).

Como hemos señalado en una entrada anterior, en 1968 se descubrió de un modo fortuito el primero de los tres tesorillos de joyas y monedas de los que hay constancia registrada en este área de Las Quintanas (Padilla de Duero), pero fue la aparición de este segundo 16 años después, resultado de actividades clandestinas de buscadores furtivos, lo que puso en marcha la primera excavación arqueológica de urgencia en 1985 «a fin de contextualizar dicho hallazgo suntuario» (Gómez y Sanz, 1993). Será a partir de entonces cuando comienza la investigación del conjunto arqueológico de Pintia y se consigue avanzar sustancialmente en su conocimiento.

Tesorillo de Padilla de Duero II. Museo de Valladolid (foto: Museo de Valladolid).

Su historia, cuya información hemos extraído del artículo de Germán Delibes (Delibes et al. 1993), es como sigue:

El 7 de octubre de 1984 fue descubierto el segundo tesorillo de joyas y monedas en Las Quintanas, fruto de la acción furtiva de un grupo de expoliadores ayudados de detectores de metales. El hallazgo ocurrió en el sector nordeste del poblado, concretamente en la parcela 7 del polígono 2, propiedad de Celestino Peña Frutos, vecino de Langayo.  Tras la intervención de la Guardia Civil (Delibes, 2013) el material fue requisado y custodiado en el Ayto. de Cuéllar (Segovia) durante un tiempo hasta que se depositó en el Museo de Valladolid por mandato judicial el 5/12/85 tras una disputa legal sobre su propiedad (Delibes et al., 1993).

Los indicios arqueológicos apuntaron a que estuvo escondido probablemente en una vasija cerámica en una habitación con muros de adobe que debió habitarse en la última etapa celtibérica del yacimiento.

Aunque se rumoreó durante tiempo que el número de piezas habría sido mayor a las recuperadas, su composición conocida resultó ser la siguiente:

  • 5 parejas de arracadas de oro.
  • 4 anillos de plata.
  • 1 fíbula de plata.
  • 2 brazaletes de plata y el fragmento de un tercero.
  • 17 denarios ibéricos

Prospección arqueológica del lugar donde apareció el tesorillo de Padilla II (foto Sanz y Velasco, 2003)

 

Los 17 denarios ibéricos se distribuían de la siguiente forma:

  • Turiazu: 8 ejemplares
  • Sekobirikes: 4 ejemplares
  • Arsaos: 3 ejemplares
  • Arekorata: 2 ejemplares

Seguiremos la numeración de los ejemplares asignada en el trabajo de Delibes (Delibes et al. 1993). Las fotografías son gentileza del proyecto MIB y del Museo de Valladolid, donde están depositados.

Arekorata:

  • 1. MIB 102/22a. Busto con 1 torques y jinete con 1 pie visible. Pesa 3,66 g y tiene el eje de cuños a las 10h.

1. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 2. MIB 102/22f. Busto con 2 torques y jinete mostrando los 2 pies. Pesa 3,95 g y eje de cuños a la 1h.

2. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

Arsaos:

  • 3. MIB 102/14c. Busto con múltiples rizos y adorno con dos S, con oreja terminada en dos volutas. Pesa 3,72 g y eje a las 12h.

3. Arsaos. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 4. MIB 102/15b. Busto con múltiples rizos y adorno de una S, con oreja en forma de anzuelo. Reverso con jinete que porta el bipenne muy vertical, y signos de la leyenda grandes. Pesa 3,70 g y eje a las 3h.

4. Arsaos. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 5. MIB 102/14a. Busto con múltiples rizos sin adornos, con oreja terminada en dos volutas. Pesa 3,63 g y eje a las 10h.

5. Arsaos. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

Sekobirikes:

Alteramos el orden (aunque seguimos la numeración en el tesorillo) para organizarlo según nuestra clasificación rizos-torques-pies-clámide.

  • 9. MIB 125/01: Se corresponde con busto con 5 rizos y 1 torques con un punto entre cuello y creciente, y jinete mostrando 1 pie y sin clámide (5r 1t 1/ 1p s). Pesa 3,55 g y tiene el eje de cuños a la 1h.

9. Sekobirikes. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 7. MIB 125/07a: Busto de anverso con 6 rizos, 2 torques y 1 punto tras la nuca, y jinete mostrando 1 pie y sin clámide (6r 2t 1/ 1 s). Por la foto apreciamos 2 torques, aunque el estilo se correspondería más con los de torques simple. Pesa 3,67 g y eje de cuños a las 12h.

7. Sekobirikes. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 8. MIB 125/06a: Busto con 6 rizos y 1 torques y jinete mostrando 2 pies y sin clámide. Se trata probablemente de una imitación de época, pues el estilo se aparta del habitual. A pesar de los vanos de acuñación somos capaces de contar los 6 rizos por su distribución. Del mismo modo, aunque sólo se distinga un pie, su disposición hacia atrás nos indica que ha de haber un segundo pie (el izquierdo del jinete) asomando más adelantado con total seguridad. Pesa 2,70 g. (lo que está por debajo de la media) y tiene el eje de cuños a las 8h.

8. Sekobirikes. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 7. MIB 125/12a: Busto con 7 rizos, 2 torques y punto tras la nuca, y jinete mostrando 1 pie y sin clámide. Es un ejemplar bastante raro, pues lo más común es que presente un semirrizo añadido tras el rizo de encima de la oreja. Se aprecia bien el punto entre la nuca y el creciente, cosa que no sucedía en los pocos ejemplares que conocíamos debido a su mala conservación. Pesa 3,31 g y tiene el eje de cuños a la 1h.

6. Sekobirikes. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

Turiasu:

También alteramos el orden (conservando la numeración que tienen en el tesorillo) para organizarlo según la monografía de la ceca (Gozalbes, 2009). Todos pertenecen al grupo V de Gozalbes, el más numeroso.

  • 15. MIB 109/18b: Gozalbes 70. Pesa 3,85 g y tiene el eje a la 1h.
  • 16. MIB 109/18a: Gozalbes 87. Pesa 3,63 g y tiene el eje a la 1h.

15 y 16. Turiazu. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 14. MIB 109/20b. Gozalbes 155. Pesa 3,63 y tiene el eje a las 11h.

14. Turiazu. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 11, 10 y 13. MIB 109/23a. Gozalbes 302, 359 y 387. Pesan 3,62; 4,25 y 4 g respectivamente, y su eje de cuños es a las 12h, 11h y 1h.

11, 10 y 13. Turiazu. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 12. MIB 109/24. Gozalbes 450. Pesa 3,46 g y tiene el eje a las 8h.

12. Turiazu. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

  • 17. MIB 109/26. Gozalbes: imitación b. Pesa 3,51 g y tiene el eje a las 11h. Se trata de un denario de imitación de época con un estilo relativamente bueno para este tipo de ejemplares.

17. Turiazu. Museo de Valladolid. Foto MIB

 

Este tesorillo no aparece reflejado en el repertorio TMPI de Villaronga pues esta obra fue publicada en 1993, el mismo año que el artículo que lo dio a conocer.

Tal y como sucedía con el primero de los hallazgos, el hecho de no estar seguros de que estamos ante el tesorillo en su integridad no permite sacar conclusiones firmes. A esto se añade el hecho de no contar con la presencia de ningún denario romano que pudiera permitir fijar al menos un fecha post quem. Sin embargo, por su composición y comparándolo con otros similares lo podríamos encuadrar con bastante grado de certeza entre los ocultados con motivo de la inestabilidad que ocasionó el conflicto sertoriano (80-72 a.C.) en territorio vacceo .

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Delibes et al., 1993: Germán Delibes de Castro, Ángel Esparza Arroyo, Ricardo Martín Valls y Carlos Sanz Domínguez: Tesoros celtibéricos de Padilla de DueroArqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero, pp. 397-470. Romero Carnicero, Sanz Mínguez, Escudero Navarro (eds.). Junta de Castilla y León. Valladolid. 1993.

Delibes, 2013: Germán Delibes de Castro: Los tesoros vacceos de Padilla de Duero: la ocultación como respuesta a la requisa romana. Conocer Valladolid. VI Curso de patrimonio cultural 2012/13, pp. 13-26. Ed. Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Valladolid. 2013.

Gómez y Sanz, 1993: Alicia Gómez y Carlos Sanz, El poblado vacceo de las Quintanas, Padilla de Duero (Valladolid): Aproximación a su secuencia estratigráficaArqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero, Valladolid, pp.335-370. Junta de Castilla y León. 1993.

Gozalbes, 2009: Manuel Gozalbes, La ceca de Turiazu. Monedas celtibéricas en la Hispania republicana, p. 79. Serv. de Investigación prehistórica del Museo de Prehistoria de Valencia. Serie Trabajos Varios 110. Diputación de Valencia. 2009.

Sanz y Velasco, 2003: Carlos Sanz y Javier Velasco: Pintia. Un oppidum en los confines orientales de la región vaccea. Universidad de Valladolid. 2003.

 

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Tesorillo de Padilla de Duero I

Monedas del tesorillo de Padilla de Duero I. Foto: Numismática Romana en Valladolid

 

Pintia era un oppidum vacceo citado en la Geografía de Ptolomeo («Geografia» II, 5) que tras su romanización se convirtió en la mansio romana nombrada en el Itinerario Antonino (440, 4) como la IV mansio de la via ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam. Hoy en día se considera que las más de 120 hectáreas de yacimiento arqueológico localizadas en los términos de Padilla de Duero y Pesquera de Duero serían el lugar de asiento de esta población vacceo-romana. En él se distinguen varias áreas, siendo Las Quintanas el núcleo poblacional (Sanz y Velasco, 2003).

Ya un informe de 1871 elaborado por la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos para inspeccionar los hallazgos ocurridos en Padilla de Duero a consecuencia de la explotación del terreno como fuente de fosfatos plasmaba por primera vez la naturaleza celtibero-romana del asentamiento de Las Quintanas (Orodea y Martí, 1873), en Padilla de Duero (Peñafiel, Valladolid).

Tras una larga etapa de olvido (pero con frecuentes hallazgos esporádicos) a mediados del siglo XX, como consecuencia de la concentración parcelaria y de los planes de riego de la Confederación Hidrográfica del Duero y con la introducción de los tractores agrícolas y las obras para la canalización del regadío, se empiezan a intensificar los hallazgos de material arqueológico, pues se accede a niveles antes nunca alcanzados.

El descubrimiento fortuito en 1968 del primero de los tres tesorillos de joyas y monedas en el área de Las Quintanas inauguró una nueva etapa en la historia del lugar, pero es con la aparición del segundo, fruto de actividades clandestinas de buscadores furtivos, lo que pone en marcha la primera excavación arqueológica de urgencia en 1985 «a fin de contextualizar dicho hallazgo suntuario» (Gómez y Sanz, 1993). A partir de ahí comenzará la investigación del conjunto arqueológico y se avanzará sustancialmente en su conocimiento.

Zona Arqueológica de Pintia (fotografía aérea: pintiavaccea.es)

 

La historia del descubrimiento del primer tesorillo es como sigue. En 1968, mientras realizaba labores agrícolas en una parcela rural situada en el lugar de Las Quintanas (en Padilla de Duero, Peñafiel, Valladolid) y en lo que sería seguramente el centro del poblado vacceo de Pintia, un vecino de Quintanilla de Arriba llamado Vicente Vallejo Madrazo tropezó con un torques roto y varias monedas que acababan de aflorar en superficie. Tras cribar el lugar y tamizar la tierra, el resultado del hallazgo fueron unos 150 denarios y varias joyas de plata y oro que en su mayoría fueron adquiridos por el anticuario de Valladolid Eufemio Díez Monsalve, aunque su descubridor conservó para sí varias monedas y alguna joya (Delibes et al., 1993).

Con respecto a las joyas, señalar que su composición en el tesorillo era la siguiente:

  • tres brazaletes de plata.
  • dos torques de plata.
  • un anillo de plata.
  • tres arracadas de oro.
  • un fragmento de cadeneta de oro.

Salvo la cadeneta todas fueron adquiridas por el anticuario, quien las ofertó al Museo de Valladolid que finalmente las compró en 1980.

Joyas del tesorillo de Padilla de Duero I. Museo de Valladolid.

En cuanto a las monedas, aparecieron unos 150 denarios como ya hemos señalado, de los cuales aproximadamente un centenar adquirió Díaz Monsalve y pasaron al mercado de antigüedades, dispersándose, y 55 conservó el autor del hallazgo hasta que a instancias tanto de su hijo Ángel como del investigador Carlos Sanz y de Tomás Madrazo, los donó al Museo de Valladolid en 1988, junto con la cadeneta trenzada de oro y otras piezas de menor entidad (fíbula de caballito de bronce, cuenta de pasta vítrea, sonajero y colgante cerámicos,…) que posiblemente perteneciesen al entorno del hallazgo más que al tesorillo.

Todos esto datos los he podido extraer del artículo «Tesoros celtibéricos de Padilla de Duero» (Delibes et al., 1993), cuya lectura recomiendo encarecidamente.

De este modo, de los aproximadamente 150 denarios que aparecieron en el tesorillo (según testimonio del autor del hallazgo) sólo podremos estudiar los 55 que donó al Museo de Valladolid y donde están depositados, pues como hemos dicho los demás se dispersaron en el mercado.

Se distribuyen del siguiente modo:

  • Sekobirikes: 30
  • Turiazu: 17
  • Arekorata: 4
  • Arsaos: 3
  • Belikio: 1

Seguiremos la numeración de los ejemplares asignada en el artículo citado. Las fotografías son gentileza del proyecto MIB y del Museo de Valladolid, donde están depositados.

AREKORATA

4 ejemplares, todos de leyenda corta y en una fila. No hay enlaces de cuños:

  • 1: ACIP 1771. MIB 102/21. Se caracteriza por el rizo frontal peculiar de la cabeza del anverso. Pesa 3,50 g, eje a la 1h.
  • 2: ACIP 1773 var. MIB 102/22b. Leyenda con los dos últimos signos nexados Ta-S. Peso 3,56 g y eje a las 2h.
  • 3: ACIP 1773. MIB 102/22a. 1 torques, jinete con un pie visible. Pesa 3,66 g y eje a las 12h.
  • 4: ACIP 1774. MIB 102/22c. 1 torques, jinete con dos pies visibles. Pesa 3,21 g y eje a las 11h.

1. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto: MIB

2. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto: MIB

3 y 4. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

ARSAOS

3 ejemplares, el 5 y 7 comparten ambos cuños de anverso y reverso. Los tres pertenecen al grupo 15, el último en acuñarse de estos denarios, caracterizado por llevar en su anverso un busto de estilo peculiar, con múltiples rizos en espiral y oreja en forma de anzuelo, y en su reverso un jinete que porta el bipenne de modo llamativamente vertical y la leyenda con signos grandes y de trazos muy rectos. Los ejemplares de este grupo aparecen característicamente en los tesorillos meseteños palentinos (Palencia II), burgaleses (Roa I) y vallisoletanos (Padilla I y II).

  • 5 y 7: ACIP 1655 var. MIB 85/15b, con algún adorno en forma de S en el peinado. Pesan 3,85 g y 3,10 g respectivamente y tienen el eje de cuños a las 12h. Comparten cuño de anverso y de reverso.
  • 6: ACIP 1655 var. MIB 85/15a, sin adornos en el peinado. Pesa 3,67 g y eje de cuños a las 4h.

5 y 7. Arsaos. Museo de Valladolid. Foto: MIB

6. Arsaos. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

BELIKIO

  • 8: ACIP 1430. MIB 76/1a. Anverso con leyenda BeL y reverso con leyenda BeLIKiO. El busto del anverso presenta un rizo de gancho sobre la oreja. Pesa 3,71 g y eje de cuños a las 12h. La presencia de ejemplares de esta ceca es excepcional en estos tesorillos meseteños, salvo en el de Palenzuela.

8. Belikio. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

TURIAZU

17 ejemplares. Todos pertenecen al grupo V de Gozalbes y los mostramos siguiendo el orden de su monografía (Gozalbes, 2009), aunque indicando primero el número que le asignan en el tesorillo y después el tipo al que pertenece (establecido en función de su par de cuños de anverso y reverso). Tras ello, el del catálogo MIB y el del ACIP. No hay ningún ejemplar de la fase final de este grupo, caracterizada por el peculiar prognatismo mandibular del busto del anverso. Los ejemplares 49 y 54 comparten cuños de anverso y reverso.

  • 53: Gozalbes 71. MIB 109/18a. ACIP 1720. De la primera fase del grupo V de Gozalbes. Pesa 3,29 g y tiene el eje de cuños a las 12h. 

53. Turiazu. Gozalbes 71. MIB 109/18a. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 55 y 50: Gozalbes 112 y 119. MIB 109/19a y 19b. ACIP 1721. También del comienzo del grupo V, su estilo suele denominarse tipo «Alagón» por su presencia característica en este tesorillo. Pesan 3,88 g y 2,90 g y eje ambos a la 1h.

55. Turiazu. Gozalbes 112. MIB 109/19a. Museo de Valladolid. Foto: MIB

50. Turiazu. Gozalbes 119. MIB 109/19b. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 46, 42 y 48: Gozalbes 176, 209 y 211. MIB 109/21. ACIP 1722. De la fase intermedia del grupo V, la más numerosa. Pesan 4,06 g; 3,67 g; 3,83 g y eje a las 11h, 12h, y 11h.

46, 42 y 48. Turiazu. Gozalbes 176, 209 y 211. MIB 109/21. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 43, 44, 47, 45 y 52: Gozalbes 227, 232, 277, 280 y 283. MIB 109/22. ACIP 1722. De la fase intermedia del grupo V. Pesan 3,71 g; 3,72 g; 3,88 g; 3,90 g; 3,68 g y eje a las 1h, 8h, 12h, 5h, y 2h.

43, 44, 47, 45 y 52. Turiazu. Gozalbes 227, 232, 277, 280 y 283. MIB 109/22. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 49 y 54: Gozalbes 292. MIB 109/24. ACIP 1722. De la fase intermedia del grupo V. Comparten cuños de anverso y reverso. Pesan 3,72 g; 3,05 g y eje a las 1h y 11h.

49 y 54. Turiazu. Gozalbes 292. MIB 109/24. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 51, 39, 41, 40: Gozalbes 330, 332, 342 y 368. MIB 109/23a. ACIP 1722. También de la fase intermedia del grupo V. Pesan 3,69 g, 3,76 g; 4,14 g; 3,63 g y eje 1h, 11h, 1h, y 11h.

51, 39, 41 y 40. Turiazu. Gozalbes 330, 332, 342 y 368. MIB 109/23a. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

SEKOBIRIKES

30 ejemplares. No encontramos enlaces de cuños. Seguiremos nuestra clasificación basada en el número de rizos del busto de anverso, número de torques, pies visibles y si porta o no clámide. Están representados los 5 grupos (esto es, hay ejemplares de 5, de 6, de 7, de 8 y de 9 rizos).

5 rizos

  • 16, 17 y 18: ACIP 1870. MIB 125/01. Los tres ejemplares pertenecen al tipo más común, esto es, busto de anverso con 1 torques y 1 punto entre nuca y creciente, y jinete del reverso con 1 pie visible y sin clámide (5r 1t 1/ 1 s) que corresponde al MIB 125/01. Pesan 4,04 g ; 3,94 g y 3,88g y eje a las 11h, 11h y 1h.

16, 17 y 18. Sekobirikes. MIB 125/01. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

6 rizos

Hay ejemplares de los tres subgrupos más comunes:

  • 1 torques, 1 pie, sin clámide: 2 ejemplares
  • 2 torques, 2 pies, sin clámide: 9 ejemplares
  • 2 torques, 2 pies, con clámide: 10 ejemplares

Veamos:

  • 14 y 15: ACIP 1870. MIB 125/05a. 6 rizos, 1 torques, 1 punto entre nuca y creciente, 1 pie, sin clámide (6r 1t 1/ 1 s), que corresponde al MIB 125/05a. Pesan 3,65 g y 3,87 g y eje a las 1h y 2h.

14 y 15. Sekobirikes. MIB 125/05a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

  • 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27 y 28: ACIP 1873. MIB 125/08a. 6 rizos, 2 torques, 2 pies, sin clámide (6r 2t/ 2 s) que corresponde al MIB 125/08a. Pesan 2,99 g; 3,71 g; 3,78; 3,80; 3,61 g; 3,51 g; 3,82 g; 4,24 g; 3,42 g  y eje a las 1h, 1h, 1h, 1h, 1h, 12h, 1h, 4h, y 12h.

20 a 28. Sekobirikes. MIB 125/08a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

  • 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37 y 38: ACIP 1875. MIB 125/09a. 6 rizos, 2 torques, 2 pies, con clámide (6r 2t/ 2 c) que corresponde al MIB 125/09a. Pesan 3,72 g; 3,67 g; 3,81 g; 3,55 g; 3,34 g; 3,59 g; 3,75 g; 3,97 g; 3,75 g; 3,67 g y eje de cuños a las 12h, 12h, 2h, 12h, 12h, 11h, 1h, 12h, 1h, y 12h.

29 a 38. Sekobirikes. MIB 125/09a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

7 rizos

Tres ejemplares, que se distribuyen en dos subgrupos:

  • 9: ACIP 1869. MIB 125/10. Busto de anverso con 7 rizos y varios arcos de semirrizos, 1 torques, y jinete de reverso mostrando 1 pie y sin clámide (7*r 1t/ 1 s) que se corresponde al MIB 125/10. Es una variante bastante rara. Pesa 3,25 g y eje a las 3h.

9. Sekobirikes. MIB 125/10. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

  • 12 y 13: ACIP 1870. MIB 125/12b. Busto con 7 rizos y medio, 2 torques, 1 punto entre nuca y creciente, y jinete mostrando 1 pie y sin clámide (7 ½r 2t 1/ 1 s) que corresponde al MIB 125/12b. Es la variante más común de este grupo de 7 rizos. Pesan 2,88 g y 3,91 g y eje a las 2h y 3h.

12 y 13. Sekobirikes. MIB 125/12b. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

8 rizos

  • 10 y 11: ACIP 1869. MIB 125/14a. Busto con 8 rizos y 1 torques, y jinete mostrando 1 pie, sin clámide (8r 1t/ 1 s), que corresponde al MIB 125/14a. Es también la variante más común del grupo. Pesan 3,52 g y 3,68 g y eje a las 12h y 7h.

10 y 11. Sekobirikes. MIB 125/14a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

9 rizos

  • 19: ACIP 1874. MIB 125/23. Busto con 9 rizos y 1 torques, y jinete mostrando 2 pies y sin clámide (9r 1t/ 2 s), con la peculiaridad de que entre los rizos presenta un signo con forma de W. Corresponde al MIB 125/23. Pesa 3,88 g y eje a la 1h.

19. Sekobirikes. MIB 125/23. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

Conclusiones

En cuanto a su cronología, se trata muy probablemente de un ocultamiento de riqueza personal con motivo de las guerras sertorianas (80-72 a.C.) (Delibes, 2013).

El hecho de no poder estudiar el tesoro en su integridad (sólo un tercio del mismo es conocido) no permite sacar conclusiones firmes. A esto se añade el hecho de no contar con la presencia de ningún denario romano que pudiera permitir fijar al menos un fecha post quem a partir de la cual tendríamos la seguridad de que fue enterrado. Sin embargo, por sus característica composición, y comparándolo con otros similares, lo podríamos encuadrar entre los ocultados con motivo de la inestabilidad que ocasionó el conflicto sertoriano (80-72 a.C.) en territorio vacceo con bastante grado de certeza.

El numerario hallado en la provincia de Valladolid emitido durante la época de la República romana está compuesto fundamentalmente por denarios ibéricos con un neto predominio de las monedas emitidas por las ciudades celtibéricas más cercanas (Pérez, 2011).

Este tesorillo no aparece reflejado en el repertorio TMPI de Villaronga pues esta obra fue publicada en 1993, el mismo año que el artículo que lo dio a conocer.

En próximas entradas trataremos tanto sobre el segundo de los tesorillos de Padilla de Duero como de las generalidades de este interesante yacimiento (con mención al tercer tesorillo, compuesto exclusivamente por joyas) con especial referencia a la importante labor del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg y su web pintiavaccea.es

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Delibes et al., 1993: Germán Delibes de Castro, Ángel Esparza Arroyo, Ricardo Martín Valls y Carlos Sanz Domínguez: Tesoros celtibéricos de Padilla de DueroArqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero, pp. 397-470. Romero Carnicero, Sanz Mínguez, Escudero Navarro (eds.). Junta de Castilla y León. Valladolid. 1993.

Delibes, 2013: Germán Delibes de Castro: Los tesoros vacceos de Padilla de Duero: la ocultación como respuesta a la requisa romana. Conocer Valladolid. VI Curso de patrimonio cultural 2012/13, pp. 13-26. Ed. Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Valladolid. 2013.

Gómez y Sanz, 1993: Alicia Gómez y Carlos Sanz, El poblado vacceo de las Quintanas, Padilla de Duero (Valladolid): Aproximación a su secuencia estratigráficaArqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero, Valladolid, pp.335-370. Junta de Castilla y León. 1993.

Gozalbes, 2009: Manuel Gozalbes, La ceca de Turiazu. Monedas celtibéricas en la Hispania republicana, p. 79. Serv. de Investigación prehistórica del Museo de Prehistoria de Valencia. Serie Trabajos Varios 110. Diputación de Valencia. 2009.

Orodea y Martí, 1873: Eduardo Orodea e Ibarra y José Martí y Monsó: Informe sobre las excavaciones en el término de Padilla de Duero. Valladolid. 1873.

Sanz y Velasco, 2003: Carlos Sanz y Javier Velasco: Pintia. Un oppidum en los confines orientales de la región vaccea. Universidad de Valladolid. 2003.

Pérez, 2011: Fernando Pérez Rodríguez-Aragón. La circulación del dinero de época romana en territorio vallisoletano. Numismática Romana en Valladolid. Arqueología, Libros y Antiguo Coleccionismo, pp. 26-51. Eloísa Wattenberg (coord). Asociación de Amigos del Museo de Valladolid. Valladolid. 2011.

 

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Denario de Arsaos de leyenda curva

Denario ibérico de la ceca vascona de leyenda ARSAOS, subastado por Soler & Llach (subasta 16/03/22, lote 5007, junto con otros 5 denarios ibéricos). Peso 3,97 g y eje de cuños a las 12h.

Anverso: Cabeza masculina barbada, con un torques, mirando a derecha. Peinado en dos hileras de peculiares rizos de gancho con unas líneas que partiendo de los rizos inferiores llega a los superiores. Delante delfín. Detrás arado.

Reverso: Jinete cabalgando a derecha, portando un arma, que aunque no está identificada con seguridad se considera que se trataría de un bipennis o hacha doble (Guadán, 1979). Leyenda curva al aire (sin línea de exergo debajo), en signario ibérico ARSAOS, con ambos signos S invertidos.

 

A falta de una monografía que estudie la ceca de Arsaos, para su clasificación nos guiaremos por el ACIP y por el proyecto Moneda Ibérica (MIB) que, aunque provisional en cuanto a la numeración, nos sirve para referenciarla de modo conveniente.

– Villaronga en su ACIP cataloga a estos denarios de Arsaos con leyenda curva y al aire (sin línea de exergo) asignándole el número 1658. Hasta ese momento se conocía un solo ejemplar, conservado en el Cabinet des médailles de la Bibliothèque nationale de France (BnF), de leyenda con los signos normales, de ahí que no identificase más que este tipo.

Sin embargo el 03/07/18 se subastó en Cayón una colección de 248 denarios ibéricos entre los que se incluía (lote 38) un denario de Arsaos de leyenda curva pero con ambos signos S invertidos. Con el ejemplar que se ha subastado recientemente en Soler & Llach ya son tres los denarios de leyenda curva conocidos, en este caso también con ambos signos S invertidos.

– El reciente proyecto Moneda Ibérica, en su apartado «catálogo MIB» asigna a esta ceca de Arsaos el número 85 y a este grupo de denarios de leyenda curva y al aire el nº 10 (resultando así la anotación 85/10), y a su vez los subdivide en:

  • 85/10a: signos S normales. Ejemplar de la BnF (Ripollès, 2005).
  • 85/10b: signos S invertidos. Ejemplar ex Cayón y ejemplar ex Soler & Llach.

 

Denario de Arsaos. BnF (foto MIB)

Denario de Arsaos ex Soler & Llach

Denario de Arsaos ex Cayón (foto MIB)

 

Pero la información añadida que nos proporciona este nuevo ejemplar es de cierta relevancia: resulta que comparte el cuño de anverso con el 10a y el cuño reverso con el 10b. De este modo, nos proporciona con bastante certeza una cronología de la emisión:

  • 1: A1/R1, ejemplar de la Biblioteca Nacional de Francia (Ripollès, 2005).
  • 2: A1/R2, ejemplar ex Soler & Llach.
  • 3: A2/R2, ejemplar ex Cayón.

Como sabemos, debido a que el cuño de anverso va fijo (encajado al yunque) y es el del reverso el que es móvil y al que se le golpea con el martillo, este último sufre más roturas y por lo general hay que sustituirlo mientras que el de anverso se puede seguir utilizando. Por eso suponemos la anterior secuencia como las más lógica.

Se trataría muy probablemente del primer grupo de denarios acuñados por esta ceca (de ahí la numeración que proponemos, del 1 al 3), y serían emitidos hacia la segunda mitad o más bien el último tercio del siglo II a.C.

A este le seguiría el grupo que se viene denominando tipo «El Sasillo», en referencia a los ejemplares del tesorillo que se encontró a finales del s. XX en dicho paraje de Sangüesa (Navarra) y que lamentablemente se encuentra disperso en el mercado de antigüedades y sin publicar. Al parecer se componía de unos 41 denarios ibéricos, todos de la ceca de Arsaos y en extraordinario estado de conservación. Posiblemente fuese ocultado prácticamente tras ser acuñados, de ahí que a pesar de su antigüedad algunos parezcan flor de cuño pues no habrían circulado.

No hay constancia de la presencia de ningún ejemplar del grupo de leyenda curva (MIB 10) en este ni en ningún otro tesorillo.

Foto aérea del yacimiento (Foto: oppidaimperiiromani.blogspot.com)

La ceca que emitió estos denarios de leyenda ARSAOS ha de localizarse en el área de los antiguos vascones, según se deduce tanto por cuestiones tipológicas como por la distribución de los hallazgos y tesorillos en los que está presente. Actualmente se considera como bastante probable su ubicación en Campo Real/Fillera, en los términos de Sos del Rey Católico (Zaragoza) y Sangüesa (Navarra), en un yacimiento junto al río Onsella atravesado tanto por la carretera autonómica A-127 que une estos municipios como por el canal de las Bardenas (Andreu et al., 2008).

Se trata de un extenso yacimiento situado en su mayor parte en terrenos del municipio de Sos del Rey Católico (en la margen izquierda del río Onsella) y otro más pequeño en el de Sangüesa (en la margen derecha de dicho río). Según cuenta Labeaga en 1981, aunque a todo el término se le denomina Campo Real a la zona aragonesa del yacimiento se le llama Filleras (sic) y Corral del Boticario, y a la zona navarra El Regadío (Labeaga, 1987, pp. 30-37).

Plano elaborado por J.C. Labeaga

 

Al realizar las obras del canal de las Bardenas afloraron restos arqueológicos. «El P. Escalada fue el que recogió dichos restos a partir de 1939 y él mismo escribe «se han descubierto en este término de Campo Real, jurisdicción de Sos (Aragón), bastantes capiteles, fustes de columnas, fíbulas, broches, monedas, urnas cinerarias de barro, una lápida funeraria muy estropeada«. Otros muchos restos han salido después, que se hallan dispersos en las orillas y corrales del yacimiento, en el Museo Arqueológico de Zaragoza, casas de los propietarios de las fincas en Sos, finca de Peña y Sangüesa. De ellos se deduce la existencia de una población importante» (Labeaga, 1987).

La noticia del hallazgo de una inscripción sepulcral en Sofuentes (Escalada, 1943) llevó ya a Fatás hace años a intuir la localización de la ceca de Arsaos por la zona de Sangüesa y Cinco Villas (Fatás, 1976), apoyándose en la dispersión de su numerario y en la leyenda ON. En efecto, en un fragmento de un bloque de arenisca local traído de Cabezo Ladrero y reutilizado hoy como quicio de una puerta de una vivienda llamada «casa Gayarre» de esta pedanía de Sos del Rey Católico hay una inscripción latina con el epitafio de Bucco en el que se menciona su procedencia, Arsitanus, que ha de traducirse como «de Arsaos», según la acepción actual.

Foto del yacimiento (Google maps)

 

En resumen, este raro denario del que se acaba de tener noticia viene a aportar su pequeño grano de arena en la investigación sobre esta ceca y esperamos que la publicación de nuevos ejemplares o incluso un estudio o monografía sobre la misma arrojen más luz y avancemos en el conocimiento tanto de ella como de los denarios ibéricos en general.

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

ACIP: Leandre Villaronga y Jaume Benages: Ancient Coinage of the Iberian Península. Institut d´Estudis Catalans. 2011.

Andreu et al., 2008: Javier Andreu, Javier Armendáriz, Pablo Ozcáriz, María García-Berberena y Ángel Jordán: Una ciudad de los vascones en el yacimiento de Campo Real/Fillera (Sos del Rey Católico-Sangüesa), en Archivo Español de Arqueología 81, pp. 75-100. 2008.

Escalada, 1943: Francisco Escalada, S.J.: La arqueología en la villa y castillo de Javier y sus contornos, p. 82. Editorial Leyre. Pamplona. 1943.

Fatás, 1976: Guillermo Fatás Cabeza: Para la localización de la ceca Arsaos, Numisma 138-143, pp. 85-89. 1976.

Fernández, 2009: José Fernández Gómez: Arsaos. Reflexiones históricas, geográficas y tipológicas en torno a una ceca indígena en territorio vascón. En Los vascones de las fuentes antiguas: en torno a una etnia de la Antigüedad peninsular, pp. 339-370. Col-lecció Instrumenta 32. Javier Andreu Pintado editor. Barcelona. 2009.

Guadán, 1979: Antonio Manuel de Guadán: Las armas en la moneda ibérica, Cuadernos de Numismática 1. Madrid. 1979.

Labeaga, 1987: Juan Cruz Labeaga Mendiola: Carta arqueológica del término municipal de Sangüesa. Trabajos de Arqueología Navarra/6. Pamplona. 1987.

MIB: monedaiberica.org

Ripollès, 2005: Pere Pau Ripollès: Monedas hispánicas de la Bibliothèque Nationale de Francia. RAH. 2005.

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Tesorillo de Guadalajara

Hemos tenido conocimiento del hallazgo de tres denarios que aparecieron juntos en una huerta situada a unos 6 km de Guadalajara en los años sesenta del pasado siglo XX (Ibáñez, 2011). Desconocemos la fecha exacta de su descubrimiento, pero en todo caso ha de ser anterior a 1995, pues su actual propietario las adquirió en la Plaza Mayor de Madrid en octubre de ese año. Tampoco podemos asegurar que constituyan la totalidad de los ejemplares hallados. En todo caso, nos parece interesante darlo a conocer por la peculiaridad de los mismos.

Composición de los denarios conocidos:

  • 1 denario romano republicano RRC 425/1 del 56 a.C.
  • 2 denarios ibéricos de Bolskan.

 

1. Denario RRC 425/1 del tesorillo de Guadalajara

nº 1. Denario romano republicano de la gens Marcia acuñado en el 56 a.C., RRC 425/1. En su anverso, el busto diademado del rey Ancus Marcius mirando a derecha, y detrás lituo y leyenda ANCVS. En el reverso, un jinete a derecha sobre un acueducto de cinco arcos, con las letras de la leyenda dentro de cada uno de ellos A.Q.V.A.MAR (MAR en forma de monograma), y tras él la leyenda PHILIPPVS (en sentido antihorario). Junto al pie del jinete, una flor.

Los motivos representados en el anverso de esta moneda son debidos a que la familia Marcia se decía descender del cuarto rey de Roma, Ancus Marcius. Los del reverso representan el acueducto Aqua Marcia, que fue el primero en ser no sólo subterráneo sino que también discurría en superficie para la traída de aguas a la ciudad eterna y que fue construido según la leyenda por Ancus Marcius (Plinio NH XXXI, 41) y, en cualquier caso, restaurado por el pretor Quintus Marcius Rex en el 144 a.C. (Plinio NH XXXVI, 121). El jinete se trata seguramente de una estatua ecuestre que representa a este último. Este acueducto era considerado un regalo de los dioses pues suministraba el agua más limpia y pura, de mejor calidad que todas los demás, y era el más largo de la antigua Roma.

La leyenda Philippus hace referencia al magistrado monetario que mandó acuñar este denario, muy probablemente Lucius Marcius Philippus, cónsul suplente en el 38 a.C., que se convirtió en hermanastro del niño Cayo Octavio (más tarde Octavio Augusto) por la boda de su padre, del mismo nombre que él, con la viuda Acia, sobrina de Julio César y madre del futuro emperador. Llegó a ser procónsul de la Hispania Ulterior del 35 al 33 a.C.

Acueducto Aqua Marcia

 

2. Denario de Bolskan MIB 79/07b (ACIP 1418) del tesorillo de Guadalajara

nº 2 y 3. Denarios ibéricos de la ceca de Bolskan: Se trata de dos ejemplares de una interesante variante del grupo III de Jenkins en la que el signo inicial de la leyenda con forma de asterisco (que representa el sonido Bo) se deforma hasta asemejarse a una H (que representa el sonido O), tanto en el anverso como en el reverso. Además el estilo del busto es muy peculiar, con un aire «oriental», y la distribución de los rizos muy distinta a la característica de esta ceca.

Villaronga le asignó un grupo propio a esta variante, denominándola ACIP 1418. Hoy se catalogan como MIB 79/07b.

Pesan 3,93 y 3,78 g y tienen un diámetro de 19 y 18 mm, respectivamente. No comparten cuño de anverso ni de reverso.

Denario de Bolskan MIB 79/07b (ACIP 1418) del tesorillo de Guadalajara

 

Miguel Ibáñez Artica (que fue quien lo dio a conocer) plantea la posibilidad de que esta emisión sea posterior a la del grupo de Palenzuela y pre-Palenzuela y que «en algún momento cercano al final de la emisión de las emisiones ibéricas, la letra silábica Bo de la leyenda se simplificó, transformándose en una letra ibérica «O», de forma que aparentemente el nombre de la ceca se convirtió en Olscan». Añade el dato de que el denario emitido en el 39 a.C. por Gneo Domitius Calvinus, gobernador de Hispania, para conmemorar su victoria sobre los ceretanos, «mantiene intacto el busto barbado del anverso, detrás del cual aparece latinizado el nombre de la ceca, OSCA, mientras el reverso copia los motivos de un denarios de César, los instrumentos sacerdotales : secur, aspergillo, secespita y apex.» (Ibáñez, 2011).

En nuestra opinión, a pesar de lo atractiva de la hipótesis de la evolución fonética Bolskan – Olskan – Osca estos denarios serían una variante del grupo III de Jenkins y se les supondría acuñados hacia el cambio del siglo II al I a.C. o poco antes, en cualquier caso anteriores al grupo IV de Palenzuela y pre-Palenzuela.

Como él mismo indica (nota 2 de la op.cit.) «no queda claro si la modificación está motivada por una transformación fonética del nombre de la ciudad, o más bien se trata de un proceso de degeneración y simplificación epigráfica. A favor de la segunda hipótesis está la no linearidad en algunos casos de los trazos verticales de la vocal ibérica «H» («O»)».

De hecho, conocemos ejemplares de este grupo MIB 79/07b (ACIP 1418), con el mismo estilo de busto y jinete, pero sin la evidente transformación de los trazos de la letra Bo en O, y otros que son claramente MIB 79/07a (ACIP 1417, Jenkins III) con los trazos semejantes a una H, como los dos ejemplos siguientes.

Denario de Bolskan (ajeno al tesorillo) ex-HSA. MIB 79/07b. ACIP 1418

Denario de Bolskan (ajeno al tesorillo). MIB 79/07a. ACIP 1417. Jenkins III.

Además, el estilo del busto del anverso de los denarios de leyenda OSCA se asemeja más al de los Palenzuela y pre-Palenzuela (MIB 79/11) que al de los MIB 79/07b, como podemos observar:

Denario de Osca de Domicio Calvino (ajeno al tesorillo, col. privada)

Denario de Bolskan tipo pre-Palenzuela MIB 79/11b (ajeno al tesorillo, col. privada)

 

Por otro lado, tampoco podemos asegurar que los tres ejemplares conformen la totalidad del tesorillo, lo que unido a lo escasa de la muestra no nos permite extraer conclusiones definitivas respecto a la datación de su ocultamiento, en principio fechada en el 56 a.C. en base al denario romano.

Es posible que estos tres ejemplares sean una parte desgajada del tesorillo de la Muela de Taracena (aunque la presencia del denario romano vendría a contradecirlo) o más probablemente de los otros hallazgos de los que hay constancia en esa zona.

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

Ibáñez, 2011: Miguel Ibáñez Artica, «El final de las acuñaciones de moneda ibérica», El Eco Filatélico y Numismático vol 67, nº 1200, p.p. 42-43. 2011.

Quiero expresar mi agradecimiento a Miguel Ibáñez Artica, José Ramón Hernández y Manuel Pina por la información facilitada para la elaboración de esta entrada.

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Tesorillo de Fuensanta de Martos (Jaén)

Vaso de plata del Tesorillo de Fuensanta de Martos. Museo Arqueológico Nacional. Inv 23177 (foto A. Martínez Levas)

Arthur Engel (1855-1935)

La primera referencia a este hallazgo data del 1 de enero de 1891 y se la debemos al numismático y arqueólogo francés Arthur Engel: «El señor García y García posee monedas y varios objetos antiguos valiosos, entre ellos un pequeño vaso de plata adornado con un grafiti celtibérico hallado en Fuensanta con denarios romanos.» (Trad. del autor). (Engel, 1891).

Años más tarde será Horace Sandars quien mencione este cuenco en su artículo sobre el tesorillo de Santa Elena cuando da una relación de los vasos de plata hallados en España (Sandars, 1905). «Colección Antonio Vives: Hallado en Fuensanta, provincia de Jaén, con denarios consulares. Lleva una inscripción» (Trad. del autor). Añade un dibujo de dicha inscripción.

Enrique Romero de Torres (1872-1956)

En 1915 Enrique Romero de Torres escribió refiriéndose a las antigüedades descubiertas en Fuensanta de Martos: «No ha mucho que el arado desenterró un vaso de plata lleno de denarios del mismo metal, en su mayoría romanos, y algunos ibéricos, que fue adquirido y restaurado en Jaén por D. Félix García, quien después lo vendió al distinguido Académico de la Historia D. Antonio Vives. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. Ostenta una inscripción ibérica y afecta la misma forma que el vaso de plomo llamado de Cástulo (…). Tiene de alto 0,078; de diámetro 0,158; y de peso 303 gramos» (Romero de Torres, 1915). Aporta fotografía del cuenco y un dibujo de los caracteres ibéricos de la inscripción.

Este autor es el primero en mencionar la existencia de denarios ibéricos en el hallazgo, aunque no especifica ni su cantidad ni su distribución por cecas.

Manuel Gómez-Moreno (1870-1970)

Manuel Gómez-Moreno tuvo ocasión de examinar este vaso en 1901 cuando estaba ya en la colección de Antonio Vives y Escudero. Cuenta que tenía un diámetro de 158 mm y que apareció falto de su parte inferior y lleno de denarios romanos y de algunos ibéricos. Añade que recorría su borde una orla de molduras y puntos de relieve. Debajo de ella aparecía, muy débilmente grabado a líneas, una inscripción que pasa a dibujar como siete signos ibéricos, aproximadamente ΛΜΛγCΦγ (N. del A.), cuya lectura transcribe como Ka.S.Ka.R.Ke.Te.R. (Gómez-Moreno, 1961).

 

Como bien escribe Francisca Chaves, «es lástima que este interesante tesoro está inédito cuando tuvo grandes posibilidades de ser bien publicado: lo conoció H. Sandars, que es quien lo menciona por vez primera, y además se conservaba en aquel momento en la colección de D. Antonio Vives. Ni siquiera nos ha llegado el número de piezas» (Chaves, 1996). Con la salvedad de que fue en realidad A. Engel el primero en citar este hallazgo, tiene toda la razón la catedrática emérita en Arqueología por la U. de Sevilla.

De este modo, sólo podemos constatar que antes de 1891 se descubrió un vaso de plata con inscripción (a modo de grafiti) en caracteres ibéricos y que contenía un número indeterminado de denarios republicanos romanos en su mayoría, junto con alguno ibérico. Dicho vaso pasó a manos de D. Félix García y García que posteriormente se lo vendió a D. Antonio Vives y Escudero, y ahora está depositado en el MAN por adquisición del Estado en 1910. Las monedas permanecen en paradero desconocido y desconocemos su número y distribución por cecas.

Vaso de plata del Tesorillo de Fuensanta de Martos. Museo Arqueológico Nacional. Inv 23177 (foto A. Martínez Levas)

En el apéndice de la obra citada de Chaves, J. Untermann comenta lo siguiente: «Vaso semiesférico con una serie de tracitos muy finos grabados debajo del borde exterior, que no admiten una interpretación concluyente» (Untermann, 1996). Aunque seguidamente afirma que se halló lleno de denarios fechables hasta el año 90 a.C. no existe ninguna evidencia que permita establecer esta datación por lo que no habría que tomarla en consideración.

Detalle del vaso de plata del Tesorillo de Fuensanta de Martos. Museo Arqueológico Nacional. Inv 23177 (foto A. Martínez Levas)

Según el eminente epigrafista alemán, los tres primeros signos (ΛΜΛ) parecen formar » tres letras ibéricas: Ka.S.Ka». El signo que sigue (4º) y el último (7º) «recuerdan la M del alfabeto ibérico nordoriental, pero tal vez De Hoz tenga razón al interpretarlas como variante de la U meridional». El 5º signo es extraño, pues se trata de una línea curva parecida a la C latina que «para De Hoz sería variante nordoriental de la Ke». El 6º signo «se asemeja a una Ti meridional». (Untermann, 1996).

De este modo para de Hoz una posible lectura sería Ka.S.Ka.U.Ke.Ti.U, aunque Untermann no descarta que en realidad no se trate de un texto sino de una serie de símbolos numerales.

Antonio Marques de Faria por su parte propuso Ka.S.Ka.N.Ke.Ti.N (Marques de Faria, 1995). Hoy la mantiene como la única lectura admisible, considerando obsoletas las otras. La relaciona con el nombre Cascantum, latinización de un probable Ka.S.Ka.N.Ta (segmentable en Kaskan-Ta). Se trataría de un nombre personal ibérico, sin descartar la posibilidad de que fuese un híbrido entre céltico e ibérico (Marques de Faria, comunicación personal).

Tenemos, por lo tanto, tres propuestas de lectura de esta problemática inscripción recogida en el MLH III.2 con la referencia NP H.7.1:

  • Ka.S.Ka.R.Ke.Te.R (Gómez-Moreno).
  • Ka.S.Ka.U.Ke.Ti.U (De Hoz).
  • Ka.S.Ka.N.Ke.Ti.N (Marques de Faria).
  • O quizá podrían ser varios signos numerales (Untermann).

En nuestra opinión lo primero que habría que dilucidar es si la inscripción consta de 7 o de 8 signos ibéricos, pues no está claro si pone ΛΜΛ (en el que el 2º tendría forma de M, que representa el sonido S) o si los cuatro primeros signos son en realidad iguales (ΛΛΛΛ) y representarían repetido esas veces el sonido Ka (o quizá ser numerales).

Al lado opuesto del recipiente hay otro grafiti cuya interpretación nos plantea el mismo dilema: podría estar dibujada una M que es el signo ibérico que representa el sonido S, o quizá los signos Λ Λ cuya lectura sería Ka.Ka o tratarse de dos numerales.

 

Este tesorillo viene reseñado en las siguientes obras:

  • Chaves 31: aunque lo cita como de 1901 en realidad ha de ser anterior a 1891, pues obvia que el primero en publicarlo fue Engel en ese año.
  • RRCHAD 118
  • TMPI no cita.

 

Torre del Cerro del Algarrobo (Fuensanta de Martos)

A unos tres kilómetros de Fuensanta se encuentra el pequeño oppidum ibérico del Cerro Algarrobo, coronando su cima de 800 m. Posiblemente dependiente de la cercana ciudad ibérica de Tucci (localizada en el núcleo urbano de la actual Martos) y de forma rectangular con doble muralla, se han encontrado en su recinto abundantes restos cerámicos, pesas de telar, un regatón de lanza, etc… (Bonilla, 2004). Ubicar aquí el hallazgo de este tesorillo como hacen algunos autores (op. cit.) es altamente probable aunque no deja de ser mera especulación.

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

Bonilla, 2004: Antonio Luis Bonilla Martos: «Poblamiento y territorio en el suroeste de la provincia de Jaén en época ibérica», Arqueología y Territorio nº 1, pp. 119-133. 2004.

Chaves, 1996: Francisca Chaves Tristán, “Los Tesoros en el Sur de Hispania”, p. 434. Ed. Fundación El Monte. Sevilla. 1996.

Engel, 1891: Arthur Engel, «Note sur quelques collections espagnoles». Revue Archéologique, troisième série, t0me 17 (janvier- juin 1891), p 229.1891

Gómez-Moreno, 1961: Manuel Gómez-Moreno, «La escritura bástulo-turdetana (primitiva hispánica)» en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, tomo LXIX, 2, pp 923-924. 1961.

Marques de Faria, 1995: António Marques de Faria, «Algumas notas de onomástica ibérica«, Portugalia Nova Série vol XVI, p. 327. 1995.

MLH III 2: Jürgen Untermann, «Monumenta Linguarum Hispanicarum». Die iberischen Inschriften aus Spanien. 1990.

Romero de Torres, 1915: Enrique Romero de Torres, «Antigüedades romanas e ibéricas de Castillo de Locubín y Fuensanta de Martos, en la provincia de Jaén«. Boletín de la Real Academia de la Historia LXVI, cuaderno VI, junio 1915; pp. 571-574. 1915.

RRCHAD: Cruces Blázquez, “Addenda a Roman Republican Coin Hoards”, Acta Numismática 17-18. SCEN. 1988.

Sandars, 1905: Horace Sandars, «Notes sur un depot de monnaies romaines decouvert en Espagne (province de Jaen) en 1903», Revue Numismatique 1905 (4ª serie, tomo 9), p. 398. 1905. Paris.

TMPI: Leandre Villaronga, “Tresors monetaris de la Península Ibèrica anteriors a August: repertori i anàlisi”. ANE y SCEN. Barcelona, 1993.

Untermann, 1996: Jürgen Untermann, «Comentarios sobre textos ibéricos inscritos en vasos de plata que aparecieron junto con tesoros de monedas, de época republicana», en Chaves Tristán: “Los Tesoros en el Sur de Hispania”, p. 712. Ed. Fundación El Monte. Sevilla. 1996.

Quiero expresar mi agradecimiento al Museo Arqueológico Nacional por facilitarme las imágenes del vaso de plata que ilustra este artículo, así como por su gentileza y diligencia. Es un placer que las instituciones apoyen la divulgación de nuestro patrimonio por entidades privadas o personas sin ánimo de lucro cediendo gratuitamente las imágenes de sus fondos. Un ejemplo que no todas las CCAA secundan, lamentablemente (la de Castilla-La Mancha, v.g.).
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Tesorillo de Mentesa (Jaén)

«Retrato de José Manuel Camacho Padilla» de Rafael García Guijo. Museo de Bellas Artes de Córdoba. (foto: ceres.mcu.es)

Natural de Baza, José Manuel Camacho Padilla (1888-1953) fue un erudito que desde su llegada a Córdoba como catedrático de Lengua y Literatura castellana en el Instituto General y Técnico desarrolló sus inquietudes culturales en distintas facetas como la arqueología, la epigrafía, las lenguas, la poesía, el arte o la numismática. Fue miembro de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Vocal del Partido Republicano Conservador (PRC) de ideología liberal y republicana, tuvo que asumir un traslado forzoso al Instituto de Linares al acabar la guerra civil. De allí pasó al de Baza, y finalmente al de Cabra, donde siguió como catedrático hasta su fallecimiento. Llegó a formar una importante colección de obras de arte, piezas arqueológicas y  monedas así como una valiosa biblioteca, dejando en su testamento precisado el destino de cada cual.

El BOE 198 del 17 de agosto de 1968 recoge la orden del 24 de julio por la que «se acepta el legado otorgado a favor del Museo Arqueológico de Córdoba por don José Manuel Camacho Padilla», y donde se hace constar la relación de ejemplares: 657 monedas árabes de plata y 276 de cobre, 57 monedas españolas de plata y 278 de bronce, 29 monedas romanas de plata, 41 monedas ibéricas de cobre y por último 520 monedas de bronce sin clasificar.

Sin embrago el Museo Arqueológico de Córdoba ya había adquirido en 1953 un tesorillo de denarios republicanos romanos a la «señora viuda del catedrático don José Manuel Camacho Padilla, quien declaró que procede de la provincia de Jaén. Al tesorillo se agregaron varios denarios imperiales y una moneda de cobre muy oxidada» (De los Santos, 1956).

Samuel de los Santos Gener (1888-1965)

El autor de esta primera reseña del tesorillo que nos ocupa era precisamente el entonces director del citado museo, D. Samuel de los Santos Gener, quien seguidamente indica la relación de las 90 piezas, señalando brevemente su valor, peso y leyenda, y añadiendo además 6 láminas con las fotografías de todas ellas:

  • nº 1: Denario ibérico de Bolskan, de 4 g de peso.
  • nº 2 al 64: 63 denarios romanos republicanos.
  • nº 65: Quadrigato
  • nº 66: Victoriato
  • nº 67 al 70: Julio César
  • nº 71 al 87: denarios imperiales
  • nº 88 y 89: quinarios republicanos (?).
  • nº 90: moneda de bronce frustra.

 

Años más tarde, cuando Francisca Chaves aborda la revisión de este tesorillo en su obra sobre los tesoros en el sur de Hispania, señala que «algunos ejemplares que aquí catalogamos gracias a las láminas de D. Samuel de los Santos hoy se han extraviado en el Museo de Córdoba y no podemos acompañar el resto de sus datos» (Chaves, 1996). De este modo, cataloga 70 ejemplares con su propia numeración, descartando los imperiales y el de bronce. Tampoco incluye los quinarios indicando además que «no existen los tres quinarios que él cita», dice refiriéndose a M. Crawford (no entendemos esta afirmación, pues De los Santos no sólo señala su existencia especificando que eran dos sino que mostraba además sus fotografías aunque de mala calidad). Así, para Chaves la composición es la que sigue:

  • nº 1: Cuadrigato.
  • nº 2: Victoriato.
  • nº 3-69 : 67 Denarios romanos republicanos.
  • nº 70 : Denario ibérico de Bolskan.

Al menos diez de los denarios romanos son forrados. Lo es también el más reciente de todos, el RRC 469 del 46-45 a.C. De esa misma fecha son los dos ejemplares RRC 468/1 (uno de ellos igualmente forrado) también presentes en el conjunto, de tal modo que podemos datar el momento del ocultamiento y relacionarlo con el momento convulso de la guerras pompeyanas, iniciadas en el 49 a.C. y que finalizaron con la batalla de Munda en el 45 a.C. en un lugar aún indeterminado de la Bética. Precisamente estos denarios reflejan perfectamente esta contienda pues representan a ambos bandos respectivamente. Su simbología tiene una importancia clave para entender las razones de su emisión y su presencia en este tesorillo es precisamente por ello muy significativa.

 

Denario republicano romano RRC 469/1a perteneciente al tesorillo. Museo de Córdoba. nº inv: 12040. En el reverso viene representado Cneo Pompeyo el Joven (hijo mayor de Pompeyo el Magno) con vestimenta militar y sobre una proa de un barco recibiendo una palma que le entrega la Bética.

 

 

Denario republicano romano RRC 468/1 perteneciente al tesorillo. Museo de Córdoba. nº inv: 12062. En el reverso viene representado el triunfo de Julio César sobre la Galia mediante un trofeo de armas galas y a ambos lados un cautivo con las manos atadas a la espalda y la Galia con la mano en la frente.

 

Respecto al único denario ibérico presente en el tesorillo, de la ceca de leyenda Bolskan, sabemos por De los Santos Gener que pesaba 4 g. y es uno de los once desaparecidos del Museo (de los 70 revisados por Chaves). Afortunadamente disponemos de su foto en las láminas VI (anverso) y VII (reverso), que a pesar de su mala calidad nos permite clasificarlo en el grupo III de Jenkins, es decir MIB 79/07a. Datado hacia el cambio de siglo del II al I a.C. podemos interpretar su presencia en el tesorillo como fruto de una circulación residual.

 

Denario de Bolskan del tesorillo de Mentesa (foto: de los S. Gener). MIB 79/07a

 

Chaves también señala que «la mención de «Mentesa» que aparece por primera vez en RRCH ignoramos de dónde la tomó M. Crawford ya que no figura ni en la primera publicación del hallazgo ni en el inventario del Museo de Córdoba». Ciertamente en la publicación de de los Santos sólo se dice que la viuda «declaró que procede de la provincia de Jaén», luego suponemos que el insigne numismático británico recabó de alguna manera más información sobre este tesorillo y que seguramente ha de referirse a la antigua Mentesa Bastia, importante oppidum ibérico bastetano que estaría ubicado en La Guardia de Jaén.

Sobre un espolón calizo de esta localidad se alza su castillo, una de las primeras fortificaciones árabes de la Península edificada sobre los restos del oppidum bastetano y desde el que se dominaba la fértil vega. En un paraje cercano, el Ejido de las Eras de San Sebastián, se descubrió una necrópolis con decenas de tumbas labradas en roca en cuyo interior se depositaron las urnas cinerarias con los ajuares. Posteriormente llegaría a ser municipio romano. Por Mentesa Bastia pasaría la vía de Acci (Guadix) a Castulo (Linares) según el itinerario Antonino. No confundir con otra Mentesa, la Mentesa Oretana, ubicada en Villanueva de la Fuente (Ciudad Real).

 

Castillo de La Guardia de Jaén (foto diariojaen.es)

 

Este tesorillo viene referenciado en las siguientes obras:

 

 

 

ABREVIATURAS Y BIBLIOGRAFÍA

Chaves, 1996: Francisca Chaves Tristán, “Los Tesoros en el Sur de Hispania”, p. 434. Ed. Fundación El Monte. Sevilla. 1996.

CHRR: CHRR Online, Coin Hoards of the Roman Republic Online.

De los Santos, 1956: Samuel de los Santos Gener: «Museo de Córdoba. Adquisiciones» en Memoria de los Museos Arqueológicos Provinciales XIII-XVI (1952-53). Madrid. 1956.

RRCH: Michael H. Crawford. Roman Republican Coin Hoards. Ed. Royal Numismatic Society. Londres. 1969.

RRCHAD: Cruces Blázquez, “Addenda a Roman Republican Coin Hoards”, Acta Numismática 17-18. SCEN. 1988.

TMPI: Leandre Villaronga, “Tresors monetaris de la Península Ibèrica anteriors a August: repertori i anàlisi”. ANE y SCEN. Barcelona, 1993.

 

Quiero expresar mi agradecimiento al Museo Arqueológico de Córdoba por facilitarme las imágenes de los dos denarios romanos que ilustran este artículo, así como por su gentileza y diligencia. Es un placer que las instituciones apoyen la divulgación de nuestro patrimonio también por entidades privadas o personas sin ánimo de lucro cediendo gratuitamente las imágenes de sus fondos. Un ejemplo que no todas las CCAA secundan, lamentablemente (la de Castilla-La Mancha, v.g.).
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Tesorillo de Torres Novas

José Leite de Vasconcelos (1858-1941)

José Leite de Vasconcelos, uno de los intelectuales portugueses de mayor relevancia de finales del siglo XIX y primera mitad del XX, fue quien dio a conocer este tesorillo (Leite de Vasconcelos, 1909). Este erudito luso fundó el Museo Etnográfico en 1893, que fue posteriormente reubicado en el ala oeste del Monasterio de los Jerónimos de Belém (Lisboa) en 1903 con el nombre de Museo Etnológico, así como su revista «O Archeólogo Português«, donde precisamente lo publicó. Desde 1989 el museo se llama Museu Nacional de Arqueologia dr. Leite de Vasconcelos.

Pasamos a traducir el texto de su reseña: «Hallazgos de monedas romanas de la república: I. En el Museo Etnológico he recuperado últimamente un modesto tesoro monetario que proviene del sitio de Charneca, en los alrededores de Torres Novas, y que me fue cedido por un comerciante de esta villa en 1908. Formaba parte de un tesoro mayor, que se dispersó hace mucho años, y que estaba contenido en un vaso de barro, igualmente desaparecido hoy en día. A mis manos llegaron solamente cinco denarios romanos y uno ibérico de Osca.»

Seguidamente pasa a clasificar los ejemplares con la bibliografía de la época, que aquí actualizamos del siguiente modo:

  • RRC 281/1, del 119 a.C.
  • RRC 316/1, del 105 a.C.
  • RRC 353/1c, del 85 a.C.
  • RRC 361/1a, del 82 a.C.
  • RRC 380/1, la más reciente, del 80 a.C.

 

Fuente: O Archeologo Portugues 1909

 

Además, con el nº 6, clasifica un denario ibérico. No hay dudas de que se trata de un ejemplar de la ceca de leyenda BoLSKaN. En la obra de Hübner que cita (Hübner, 1893) se describe esta ceca en las pp. 52-53 a la que asigna el nº 47. También hemos podido comprobar que el representado con el nº 1 en la lámina XIII del libro de Heiss (Heiss, 1870) es un ejemplar de los que hoy día catalogamos como grupo IVb, del tipo Palenzuela (MIB 79/11c), datado aproximadamente también hacia el 80 a.C., lo que resulta congruente con el resto de los ejemplares romanos.

No aporta más datos, ni pesos ni medidas de los ejemplares. Simplemente añade al final del artículo que «si, ateniéndonos a la datación de los ejemplares (104-79 a.C) (nota: hoy hemos de corregir por 119-80 a.C.) hubiésemos de referir el ocultamiento de este tesoro a un acontecimiento histórico, podríamos pensar en alguna de las guerras en las que nuestro territorio fue teatro en el último cuarto del siglo del siglo I a.C. (se trata de una errata y ha de querer decir «primer cuarto del siglo I a.C.»). El número de monedas es sin embargo escaso para sacar conclusiones seguras».

 

Lámina XIII (extracto), A. Heiss, 1870

 

Es interesante hacer notar que Vasconcelos pasa después a reseñar, en el apartado II de su artículo, cuatro denarios romanos republicanos «también provenientes de Torres Novas y de cuyo origen nada sé, que vi en el local de un anticuario de Lisboa», pero que «no se relaciona sin embargo con el antecedente aunque sus emisiones sean en parte contemporáneas o casi».

 

Resumen:

  • Lugar de aparición: Charneca, pueblo de la freguesia de Alcorochel perteneciente al municipio de Torres Novas (Santarém, Portugal).
  • Año de aparición: «muchos años antes» de 1909. Aunque en el TMPI figura como de 1908 se trata de un error de interpretación, pues ese es el año de su adquisición.
  • Fecha de publicación. 1909, Leite de Vasconcelos.
  • Piezas totales: desconocido.
  • Piezas conocidas: 6.
  • — 5 denarios romanos republicanos, el último RRC 380/1 del 80 a.C.
  • — 1 Bolskan grupo IV.b (Palenzuela), hoy catalogado como MIB 79/11c.
  • Lugar de depósito: según Vasconcelos, en el Museu Nacional de Arqueologia, en Lisboa. Nos hemos puesto en contacto con ellos y nos comunican que no les resulta posible confirmar esta información ni identificar los ejemplares en los miles de registros antiguos que se encuentran en su archivo, añadiendo que tienen pendiente de inventariar más de 3000 sitios con piezas depositadas en este Museo desde que se desmontó la exposición permanente en los años ochenta.

Este tesorillo viene reseñado en las siguientes obras:

  • TMPI 98: Torres Novas (Portugal). Indica que es de 1908 (error).
  • RRCH 264
  • CHRR Online: Torres Novas (Portugal; NOV).
  • Hipólito 1960-61: nº 112
  • Barbosa 1998-2002: nº 13 (Charneca, Santarém, Torres Novas).

 

Mosaico romano en Villa Cardilio (foto Vitor Oliveira)

 

En las proximidades de Charneca se encuentra el yacimiento arqueológico de Villa Cardilio, una villa romana del siglo I d.C. excavada en 1962, con la presencia de mosaicos, estatuas, monedas, etc… Aunque posterior a la fecha estimada de ocultamiento de este tesorillo, es una prueba más de la presencia romana en la zona.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

CHRR: CHRR Online, Coin Hoards of the Roman Republic Online.

Barbosa (1998-2002): Maria Benedita Coelho da Silva de Guinea Barbosa: «Tesouros monetarios romanos em Portugal: da Republica ao reinado de Augustus«. Nvmmvs serie II, vol. 21-25, 1998-2002. Porto.

Heiss, 1870: Aloïss Heiss: «Description Générale del Monnaies Antiques de l´Espagne». Paris. 1870.

Hipólito (1960-61): Mario de Castro Hipólito: «Dos tesouros de moedas romanas em Portugal» p. 80, nº 112. Conimbriga vol II-III, 1960-61.

Hübner, 1893: Emil Hübner: «Monvmenta Lingvae Ibericae«. Berlín. 1893.

Leite de Vasconcelos, 1909: José Leite de Vasconcelos: «Achados de moedas romanas da Republica«, en O Archeólogo Português 1909, pp. 58-59.

RRCH: Roman Republican Coin Hoards. Versión online: CHRR

TMPI: Leandre Villaronga, “Tresors monetaris de la Península Ibèrica anteriors a August: repertori i anàlisi”. ANE y SCEN. Barcelona, 1993.

 

Desde aquí mi agradecimiento a Rai Benzal (Dafnis) por catalogar los cinco ejemplares romanos según el RRC.
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