En 1863 se produjo el hallazgo fortuito de 1.121 denarios ibéricos de leyenda BoLSKaN (1.021 según otra información), un cuenco semiesférico, un skyphos (taza con asas), ambos de plata, y un casco de bronce del tipo montefortino, en el término de Quintana Redonda (Soria).
La primera noticia del mismo la dio el diario La España el 1 de mayo de 1863 en su primera página. Su corresponsal en Soria informa, con fecha 27 de abril, que «una casualidad dio motivo hace pocos días a un descubrimiento notable». Explica que un labrador «tropezó con el arado en una piedra. Haciendo fuerza para alzarla, descubrió una gran porción de monedas y otros objetos. Recogidos todos cuidadosamente, resultaron mil ciento veinte y una monedas, dos tazas y un casco. Las monedas son todas de una época, de plata, del mismo busto y con igual inscripción. Tienen en el anverso cabeza sin casco y la inscripción XN (BoN); y en el reverso un guerrero a caballo con lanza y casco y debajo la inscripción siguiente XLMAN (BoLSKaN). Algunas de estas monedas tienen en el reverso la figura del anverso resellada del revés. Estas son de las que en numismática se llaman incusas, por causa del modo como los antiguos acuñaban, pues haciéndolo a golpe sucedía muchas veces sin duda que el encargado de retirarlas padecía un descuido y se estampaba la figura en el metal frío y salía de una manera irregular«.
Conjetura después con que la leyenda pudiera leerse Salman, y hubiesen sido acuñadas entonces en Salamanca. Después describe los tres objetos restantes. Finalmente informa de la visita del Gobernador Civil en cuanto tuvo noticia, con objeto de adquirirlos y remitirlos a la Academia de Historia, aunque ya habían sido vendidos «a una persona de esta ciudad. Sin embargo, creo que parte de ellos han sido cedidos al gobernador y el resto serán tal vez también presentados a la Academia según lo que he oído«. Podéis leer la noticia entera en La España 1 de mayo de 1863.
Efectivamente, el 26 de mayo de 1863 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando recibe una comunicación de Eduardo Capelastegui, Gobernador de Soria y presidente de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos, con todos los detalles del hallazgo. Informa que el mismo tuvo lugar el pasado 14 de abril en el pago Las Quintanas del término municipal de Quintana Redonda, al chocar José Hernández con la reja de su arado contra un objeto mientras labraba sus tierras. A los tres días se presentó él mismo acompañado de un vocal de la citada Comisión y del jefe de la sección de Fomento, pero el tesoro había sido adquirido ya por el presbítero D. Tomás Celorio, quien consintió en vender la taza de las asas y cien monedas, entre ellas cuatro incusas. El resto estaba reservado para Eduardo Saavedra, académico de la Real Academia de la Historia.
Uno de esos acompañantes era Dionisio López de Cerain, vocal de dicha Comisión Provincial de Monumentos, quien realizó los dibujos exactos en planta y alzado de las dos vasijas (que aún se conservan en el Archivo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y son hoy el único testimonio de las mismas) así como un dibujo y un facsímil en zinc del casco.
Realiza Capelastegui una descripción de las monedas exactamente como en la noticia del periódico, señalando que eran todas iguales hasta en las leyendas, y en cantidad de 1.021 (en lugar de 1.121), de entre ellas 4 incusas. Adjunta en su informe no sólo los dibujos mencionados sino también diez de las monedas que había adquirido.
Como la Academia de Bellas Artes de San Fernando no disponía de monetario donde guardarlas, las monedas fueron obsequiadas a la Real Academia de Historia y pasaron a formar parte de su colección, que además recibió casi a la vez el donativo de otras setecientas por parte de Eduardo Saavedra y Moragas, junto con el cuenco de plata y el casco de bronce.
La taza de asas junto con noventa monedas y el facsímil del casco quedaron en poder de la Comisión Provincial de Monumentos, pero ésta notificó poco después, en 1864, que fueron robadas, aunque el facsímil apareció meses más tarde en las dependencias particulares del Gobernador.
Aún más, la Academia de Historia recibió el regalo de otros tres denarios del tesorillo de manos del académico correspondiente en Almería, Fco Javier de León Bendicho, que a su vez las había conseguido de E. Capelastegui cuando éste fue trasladado a esa provincia desde Soria.
La mayor parte de la información de esta entrada procede del excelente artículo de Isabel Rodríguez Casanova «El tesoro celtibérico de Quintana Redonda (Soria): nuevos datos y materiales«, 2008, que ha buceado en la documentación del archivo del Gabinete Numario de la RAH y en el de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y cuya lectura recomiendo vivamente.
Varios años después del hallazgo, en el Boletín de la Real Academia de Historia tomo XII, Cuadernos VI, junio de 1888, p. 440, se publica la siguiente noticia: «Desde Ávila D. Mariano Álvarez ha comunicado la noticia de haberse encontrado, hace unos veinte años, en el término de Quintana Redonda provincia de Soria, un jarrón de bronce que contenía dos pucheros atestados de monedas de plata, que se vendieron en la ciudad de Soria al precio de 1000 pesetas. De este fondo adquirió el sr. Álvarez un denario común oscense que guarda en su poder. Limítrofe del término de Quintana Redonda es el de las Cuevas, donde se han mostrado importantes inscripciones y ruinas romanas«.
Sin embargo, en el BRAH tomo XIII cuaderno V, de Noviembre de 1888, pp. 342-343, se dice: «Necesita rectificarse un tanto la noticia comunicada por D. Mariano Álvarez e inserta en la p.440 del tomo XII del Boletín sobre el tesoro numismático encontrado en el término de Quintana Redonda, limítrofe del de las Cuevas, en la provincia de Soria. Las monedas, todas iguales y en número de 1300, se hallaron contenidas en dos tazas de plata, una con asas y otra sin ellas, y todo cubierto por un casco de bronce. La taza con asas y las monedas que contenía fueron a parar a manos del gobernador de la provincia, y la otra taza, también con sus monedas y el casco, vinieron a poder del excmo. sr. D. Eduardo Saavedra, académico de número, por obsequio de un amigo suyo de Soria. En el pueblo de las Cuevas, además de las antigüedades ya conocidas, se ha descubierto hace pocos años un gran trozo de mosaico, que probablemente ocupará extensión considerable, según noticias comunicadas por el secretario del ayuntamiento de dicho pueblo».
Como vemos, la historia comienza a distorsionarse. La noticia que da Mariano Álvarez más de veinte años después del hallazgo ya ha deformado los datos iniciales, y se hace necesaria una rectificación de la misma por la propia RAH, aunque eleva la cantidad de monedas a 1300 sin justificación alguna. Personalmente no veo motivos para tomarlo en cuenta.
A partir de ese momento las citas al tesoro resultan más confusas, cuando no claramente erróneas. Horace Sandars, Taracena, Gómez-Moreno, Mateu i Llopis, Villaronga, García-Bellido, … tienen en cuenta esas comunicaciones publicadas en el BRAH, y que creo que distorsionan la composición original del tesorillo. Hasta que la investigación de I. Rodríguez Casanova ha arrojado la luz al acudir a los archivos ya mencionados y descubrir las fuentes originales.
Hagamos un repaso por lo que dicen varios de estos autores.
Villaronga, en su TMPI, le asigna el número 109 de su repertorio y lo encuadra dentro de los tesorillos ocultados durante las guerras sertorianas (80-72 a.C.), con denarios exclusivamente ibéricos. Cita como bibliografía a Raddatz y a Gómez Moreno y da una composición de unos 1300 denarios de BoLSKaN.
Gómez Moreno sólo lo cita de pasada en su «Notas sobre numismática hispana» p.183: «Sabido es que, en cuanto a abundancia, descuellan los denarios de Bolscan, salidos especialmente de escondrijos en Terrer (Calatayud), Quintana Redonda -aquí 1300 ejemplares-, y Garray (Soria). Azuel los ofrece sólo del tipo vulgar, hasta su decadencia; lo mismo, las casas romanizadas de Numancia; pero en Azaila, cuya destrucción sería durante la guerra sertoriana, se obtuvieron tres de un tipo muy fino (V,12), a flor de cuño, y todos, así como los dos de Salvacañete y otro mío igual, forrados«.
Blas Taracena publicó en 1941 la Carta Arqueológica de Soria donde dice: «Hacia 1868 se halló un casco de bronce cubriendo dos tazas de plata, una de perfil liso y otra con asas, que contenían 1300 denarios ibéricos, principalmente de Bolscan (topónimo) y romanos. La primera pasó, con sus monedas, al poder del entonces Gobernador Civil de Soria, y la otra, sus monedas y el casco, al de don Eduardo Saavedra y luego a la Real Academia de la Historia, donde se conservan«.
Almagro Gorbea, en «Tesoros de la Real Academia de la Historia», p. 230, habla de «entre 1300 y 2500 denarios al parecer de la ceca ibérica de Bolscan (Huesca), aunque algunos autores suponen que también había denarios romanos y quizás de otras cecas hispánicas«. También dice que «los vasos de plata han desaparecido, por lo que sólo sabemos que uno tenía un asa, quizás una jarra, y el otro era una taza con dos asas…«. Pero la confusión más evidente es cuando afirma que «gracias a Eduardo Saavedra … se han conservado algunas monedas de este tesoro. Son 10 denarios ibéricos de Bolskan … «, cuando estas monedas, hoy en la RAH, proceden de la donación que hizo Capelastegui a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Repito que tras la investigación de Isabel Rodríguez Casanova, muchos de estos datos creo que han de quedar definitivamente corregidos.
Como bien afirma esta autora, por su composición, podría tratarse de un tesorillo de un militar romano ocultado antes de las guerras sertorianas, y no en el transcurso de éstas. Los tesoros sertorianos no sólo no tienen una composición exclusivamente de BoLSKaN, sino que esta ceca es residual, y sin embargo las habituales (SEKoBiRIKeS, TuRIAZU, ARSAOS y AREKoRATaS) están aquí ausentes. La presencia de denarios solamente de la ceca de BoLSKaN, junto con vajilla de plata y un casco romano hace de Quintana Redonda un caso singular entre los tesorillos del valle del Ebro y meseta Norte, y hacen esa hipótesis muy plausible.
Asimismo ha publicado en primicia los dibujos, también originales, de los dos recipientes de plata realizados por López de Cerain y conservados en el archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y que podéis ver en el enlace a su artículo. A partir de ellos, y por gentileza de José Ramón Hernández Correa, podemos disfrutar de una recreación en perspectiva de estas dos joyas actualmente ilocalizables.
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El recipiente con asas se define como un skyphos. Está en paradero desconocido. Quedó en poder de la Comisión Provincial de Monumentos de Soria y depositado en las dependencias del Gobierno Civil, pero al parecer fue robado según informe de 1864. El hecho de que meses después apareciese el facsímil en zinc del casco en las dependencias particulares del gobernador, y que León Bendicho recibiera tres denarios del tesorillo por regalo de aquél cuando fue trasladado a Almería, hace levantar suspicacias. Además, H. Sandars dice, en 1905, que estaba en la «colección Diente». De 12,5 cm de diámetro de la boca y 6,5 de la base, con 7 cm de altura. Su peso era de casi 300 g. Era un tipo de vasija utilizada desde finales de la república romana como servicio de mesa para bebidas, pero que resulta muy poco común en nuestra Península, por lo que se considera de importación.
El recipiente semiesférico es del tipo cuenco. Fue donado a la RAH por Eduardo Saavedra, pero se encuentra ilocalizable. Su diámetro era de 13,4 cm en la boca y su altura 7 cm. , pesando unos 224 g. También era un recipiente de bebida, pero bastante más sencillo y muy habitual en Hispania, estando presente en muchos tesoros datados entre finales del siglo II a.C y principios de I a.C.
El casco de bronce, es del tipo celta-itálico, en concreto del montefortino C, según la clasificación de Rusell, y se conserva en el Gabinete de Antigüedades de la RAH desde que fue donado por E. Saavedra. Pesa casi 850 g, y está rematado por un botón troncocónico de unos 2 cm. La parte posterior presenta la característica extensión para protección de la nuca, casi horizontal, y en los laterales unos remaches para enganchar sendas carrilleras. Presenta una decoración muy sencilla a base de puntos o líneas incisas y suaves acanaladuras, según en qué zonas. Su datación se estima entre inicios del siglo II a.C a mediados del siglo I a.C. Este tipo de casco tiene unos antecedentes directos en los cascos célticos, pero ya puede considerarse propiamente romano. Presenta gran similitud con el hallado en el Piquete de la Atalaya, en Azuara.
DENARIOS
Recapitulando:
La cifra de 1121 ejemplares dada en la noticia del diario «La España» pasó a 1021 en el informe de Capelastegui. No podemos saber quién cometió una errata. Veinte años después del hallazgo, en el Boletín de la RAH se eleva la cantidad a 1300 sin aparente justificación, cifra que a veces es tenida en cuenta por investigadores posteriormente, incluso algunos ampliándola a 2.500.
Fueron adquiridas por el presbítero D. Tomás Celorio.
Capelastegui compró 100 (4 de ellas incusas). Donó 10 a la Academia de San Fernando que a su vez se las regaló a la RAH. Aunque se informó de que el resto fueron robadas, años después 3 de ellas fueron regaladas por el propio gobernador a F.J. de León Bendicho, que las donó a la RAH. Esta donación está documentada en el Archivo de la RAH. Una de ellas seguramente tiene el reverso incuso, según informe de A. Delgado. No es posible identificarlas al estar mezcladas con el resto de ejemplares en el monetario.
El resto del hallazgo parece ser que había sido reservado para el académico Eduardo Saavedra, que donó 700 a la RAH. A pesar de que en los primeros informes estudiados en su archivo hacen referencia a esta donación (junto con el cuenco) (GN 1864/6(2)), luego desaparece toda memoria de la misma en los sucesivos inventarios. Hoy los denarios y el cuenco no están en la RAH, que sí conserva el casco montefortino. Es posible que los acontecimientos de la revolución de 1868, que tuvo influencia en el funcionamiento de la Academia, tuviesen relación con las circunstancias de la pérdida, pero no se ha podido aclarar.
De los 713 denarios que acabaron en la RAH actualmente sólo han podido ser identificados los diez ejemplares procedentes de Academia de Bellas Artes de San Fernando, pues se conservaron en su sobre original.
Les asigno la numeración que da P.P. Ripollès en «Monedas Hispánicas», Real Academia de Historia, 2000, a quien le agradezco la amabilidad de suministrarme las fotografías y el permiso para reproducirlas aquí.
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Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins I. ACIP-1413. De buen arte, se aprecia perfectamente cómo conserva un rizo de tipo gancho sobre la oreja, característico de este grupo. Pesa 3,85 g, y tiene el eje de cuños a las 12h.
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Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III. ACIP-1417. De arte más degenerado. Pesa 4 g, y tiene el eje de cuños a las 12h. Utilizo en lo sucesivo la habitual expresión «arte más degenerado» para describir el estilo de los cuños de los denarios del tipo Jenkins III, menos realista que el de los Jenkins I y II.
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Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III. ACIP-1417. De arte más degenerado. Este ejemplar presenta, en el anverso, el signo que representa el sonido Bo modificado: el trazo recto horizontal es sustituido por un punto a cada lado del aspa. Pesa 4,07 g y tiene el eje de cuños a las 12h.
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Ahora vamos a ver varios denarios de tipo Jenkins III que presentan modificaciones en el signo que representa el sonido Bo, a veces en el anverso y otras en el reverso: en lugar de un aspecto de aspa (X) con una línea horizontal que lo atraviesa, se acerca más a una H. De todos modos, considero que ninguno de ellos es del tipo ACIP-1418, que además de ese signo modificado presenta un arte característico en el busto, «tipo oriental».
Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III. ACIP-1417. De arte más degenerado. Este ejemplar presenta, en el anverso, el signo que representa el sonido Bo modificado: el trazo recto horizontal es sustituido por un punto a cada lado del aspa. En el reverso también tiene algo modificado ese signo, asemejándose más a una H. Pesa 4,03 g y tiene el eje de cuños a las 12h.
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Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III. ACIP-1417. De arte más degenerado. Este ejemplar presenta, en el anverso, el signo que representa el sonido Bo modificado: el trazo recto horizontal es sustituido por un punto a cada lado del aspa. En el reverso también tiene algo modificado ese signo, asemejándose algo a una H. Pesa 3,98 g y tiene el eje de cuños a la 1h.
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Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III. ACIP-1417. De arte más degenerado. En el anverso y reverso también tiene algo modificado el signo que representa el sonido Bo, asemejándose un poco a una H. Pesa 4,08 g y tiene el eje a las 12h.
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Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III. ACIP-1417. De arte más degenerado. En el anverso tiene algo modificado el signo que representa el sonido Bo, asemejándose algo a una H alargada. Pesa 3,98 g y tiene el eje de cuños a las 12h.
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Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III. ACIP-1417. De arte más degenerado. En el anverso y reverso también tiene algo modificado el signo que representa el sonido Bo, asemejándose a una H. Pesa 3,88 g y tiene el eje a las 12h.
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Denario incuso de la ceca de leyenda BoLSKaN, del tipo Jenkins III, que presenta en el anverso el signo que representa el sonido Bo modificado: el trazo recto horizontal es sustituido por un punto a cada lado del aspa. Reverso incuso. Pesa 4,30 g y tiene el eje de cuños a las 12h.
Denario incuso de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins I, pues es de buen arte y parece conservar un rizo de gancho sobre la oreja (aunque la mala conservación no permite asegurarlo, y si no sería un Jenkins II). Reverso incuso. Pesa 3,75 g y tiene el eje de cuños a las 12h.
Respecto a los denarios incusos, os remito a la lectura del interesante artículo «Las monedas incusas«, de Carlos Traver, donde describe los posibles procesos que explican este defecto en la acuñación.
Muchas gracias por la dedicatoria especial, Francis. Te la agradezco mucho.
En cuanto a mis dibujos, son bastante normalitos, y te pasas en su valoración. Lo que no es normal es tu constante labor de investigación, tu tesón, tu capacidad para recopilar datos dispersos y exponerlos de manera ordenada y tu paciencia.
Un abrazo, y sigue con tu gran blog, que va enfilado «hasta el infinito y más allá».
Gracias por la entrada y por el rato que he pasado disfrutando con su lectura. También extiendo el agradecimiento a quienes te han facilitado la confección de la entrada.
La verdad es que estos conjuntos compuestos exclusivamente por denarios de Bolskan acuñados en diferentes momentos y sin mezcla de otras cecas cada vez me intrigan más, aunque sean presertorianos: parece un ocultamiento romano, esa vajilla de plata solo podría pertenecer a un oficial, sin embargo no cuadra con el casco de tipo Montefortino, ¿botín de guerra?
Que fantástico artículo!!
Gracias por el trabajo
Un gran artículo. En este caso la habitual pena de no poder concretar qué monedas específicas formaron ese tesorillo queda atenuada por los diez que has expuesto. ¡Sigue con tu gran labor!