Tesorillo de Arrabalde

Tesorillo de Arrabalde. Museo de Zamora

Tesorillo de Arrabalde. Museo de Zamora

El tesorillo de Arrabalde fue encontrado en el extremo este del castro de Las Labradas, situado en terrenos pertenecientes a los municipios zamoranos de Arrabalde y de Villaferrueña. Se trató de un hallazgo fortuito por parte de Victorino Llordén Vega, abogado de Benavente, ocurrido a finales de agosto de 1980 que, ante su importancia, fue adquirido por el Estado tras una rápida gestión de la Subdirección General de Arqueología. En dicha operación participó Moisés Llordén Miñambres, director de la cátedra Jovellanos de extensión universitaria de Gijón y Narciso Santos Yanguas, que fue el primero en dar la noticia en «El tesoro prerromano de Arrabalde (norte de Zamora)» en Memorias de Historia Antigua, nº 3, 1979, pp. 273-276. En este artículo realiza un pormenorizado detalle de las piezas encontradas indicando su peso y tamaño, e informa de que, seguidamente, a primeros de septiembre, llevó a cabo «una prospección a flor de tierra en el terreno removido al extraer la vasija que contenía el tesoro anteriormente descrito, hallándose los siguientes objetos, todos ellos de plata, que fueron entregados al mismo tiempo que las restantes piezas del tesoro», y pasa del mismo modo a describirlas. El conjunto finalmente estaría formado por medio centenar de joyas de oro y plata con un peso total de 5.010,23 g, de los que 677,95 g correspondían al oro. Poco después fue publicado también por R. Martín Valls y G. Delibes de Castro en «Hallazgos arqueológicos en la provincia de Zamora (VIII)«, BSAA XLVII, 1981. Este conjunto de joyas está actualmente expuesto en el Museo de Zamora.

Circunstancias lamentables hicieron imposible conocer con exactitud las condiciones en que se depositó el tesoro en el momento de su ocultación. Aunque podría proceder del subsuelo de una vivienda, pues se situaba en una zona de hábitat dentro del castro, ciertamente no se encontró ninguna prueba como muros, pavimento ni restos de hogar que lo demostrasen.

Recipiente del tesorillo

Recipiente del tesorillo

El conjunto de joyas se encontraba en el interior de una vasija de cerámica a mano oscura, sin decoración, que fue descubierta como consecuencia de la apertura de una zanja para realizar un cortafuegos que atravesó por completo el yacimiento. Tras el hallazgo, ese sector del yacimiento fue saqueado vandálicamente por detectoristas furtivos, lo que impidió realizar una prospección y excavación de urgencia que pudiera aportar datos sobre la cronología y circunstancias del ocultamiento.

Aunque no constaba la presencia de monedas, se supuso que el motivo del mismo fue la inestabilidad a consecuencia de la Guerras Cántabras (29-19 a.C.), pues el conflicto sertoriano (80-72 a.C.) no debió tener tanta trascendencia en territorio astur.

Con motivo de la exposición en 1982 del conjunto de joyas primero en Zamora y luego en León, Germán Delibes de Castro publicó «El tesorillo de Arrabalde y su entorno histórico».

Torques. Museo de Zamora

Torques. Museo de Zamora

Arracadas. Museo de Zamora

Arracadas. Museo de Zamora

Composición:

  • 14 torques de plata
  • 2 torques de aleación de oro y plata
  • 2 vasos de plata con forma de tulipa
  • 2 fíbulas anulares
  • 2 fíbulas «La Tène» tipo simple
  • 1 fíbulas «La Tène» de doble pie
  • 1 fíbula de pie aplanado
  • 4 brazaletes espiraliformes
  • varios anillos, arracadas, aros y colgantes de oro y plata

 

Brazalete del tesoro Arrabalde I(Foto A.M. Felicísimo)

Brazalete del tesoro Arrabalde 1 (Foto A.M. Felicísimo)

Fíbulas. Tesoro Arrabalde I. (Foto A.M. Felicísimo)

Fíbulas. Tesoro Arrabalde 1 (Foto A.M. Felicísimo)

Arracada. Tesorillo Arrabalde 1

Arracada. Tesorillo Arrabalde 1

Arracada. Tesorillo Arrabalde 1

Arracada. Tesorillo Arrabalde 1

Pero será en el VI Congreso Nacional de Numismática, celebrado en Oviedo en septiembre de 1984, cuando Vicente Sánchez de Arza da la noticia en primicia de que, con el tesoro descubierto en agosto de 1980, habían aparecido un conjunto de monedas: «…pues me consta y afirmo que fueron halladas con el tesoro comentado reservándome la situación de ellas, mas para fijar su clasificación han venido a mis manos y nunca hasta hoy se supo de ellas y hoy es la primera vez que se da cuenta y se publican.» Su comunicación fue publicada en la revista Numisma 186-191 de 1984, dedicada a dicho congreso, con el título de «Las monedas del tesoro de Arrabalde. La Asturias Cismontana».

Estudia las 20 piezas a las que tuvo acceso, pero sabe de la existencia de muchas más que le consta que hubo, procedentes del mismo hallazgo. De ellas 16 son ibéricas (aunque luego sólo describe y fotografía 15) y 4 romanas, que se distribuyen así:

  • 6 TuRIAZU
  • 5 BoLSKaN (sólo describe 4)
  • 3 SEKoBiRIKeS
  • 2 ARSAOS
  • RRC 408/1 , Roma, 67 a.C.
  • RRC 448/3 , Roma, 48 a.C.
  • RRC 497/3 , Octavio Augusto, 42 a.C.
  • RRC 544/20 , Marco Antonio, 32-31 a.C.

 

Vista aérea del castro de Las Labradas (foto FPH CastillayLeón)

Vista aérea del castro de Las Labradas (foto FPH CastillayLeón)

El castro astur de Las Labradas (podéis leer este excelente artículo de J. Misiego et al.) se ubica en una zona rica en mineral de hierro y se extiende sobre una superficie de unas 23 ha en lo más alto de la sierra de Carpurias, entre los pueblos zamoranos de Arrabalde y Villaferrueña. Es un ejemplo característico de poblado en alturas de la II Edad del Hierro, defendido tanto por elementos naturales como artificiales. Dominando el valle del río Eria, sobre escarpadas laderas y con un perímetro de unos 2,5 km, en gran parte amurallado y con al menos dos puertas de acceso, llaman la atención varias estructuras relacionadas con el almacenamiento de agua en su interior, seguramente vinculadas con la necesidad del abastecimiento de una importante población. Podríamos estar hablando de un auténtico oppidum desde el que se dominan grandes extensiones de terreno y una vega con recursos agrícolas, ganaderos, mineros, forestales y de caza, lo que ha llevado a investigadores como Santos Yanguas a pensar en su atribución como la Lancia de los astures en lugar del yacimiento de Villasabariego (León), aunque esta opinión es minoritaria. Además de dos recintos amurallados yuxtapuestos, uno externo y otro interno, hay restos de lo que podría ser un sistema defensivo de «piedras hincadas» en la subida al castro desde el pueblo de Arrabalde por la denominada «senda de las vacas».

También resulta curiosa la existencia de otro castro vecino, llamado de «El Marrón», separados ambos por una vaguada y con el que parece, por fotografía aérea, que comunica por un muro soterrado. Podría ser de cronología posterior, quizá romana, y servir de control o vigilancia del propio recinto de Las Labradas.

La primera referencia bibliográfica del castro la dio el erudito zamorano Virgilio Sevillano Carbajal en su libro «Testimonios arqueológicos zamoranos» de 1978, que lo denominó «castro de las Charcas». Pero las primeras investigaciones las había realizado ya antes Ángel Esparza en 1974, preparando su tesis. Este mismo autor ya se percató, en 1979, de los destrozos ocasionados por una excavadora en la muralla occidental, cuyas piedras habían sido reutilizadas en obras de consolidación contra la erosión. Fue al año siguiente cuando tuvo lugar el hallazgo que nos ocupa.

Aunque tras el descubrimiento del tesorillo se intentó iniciar una excavación en el mismo año (1980), esta «no pudo desarrollarse con normalidad» y Esparza realizó la primera excavación científica del castro en 1982, «restablecida la calma», centrándose en la zona del hallazgo, ya muy alterada por sucesivas remociones clandestinas. Como había sido expoliado repetidamente (al parecer los furtivos encontraron al menos un par de denarios de Turiazu más) sólo halló algunas cerámicas, que fueron datadas hacia el 60 a.C por radiocarbono, es decir, a finales casi de la edad del Hierro. Como ya he señalado, se dedujo que no se trataría del interior de una vivienda, aunque sí en su entorno.

Una segunda campaña, en 1986, estuvo encaminada a la detección de viviendas. A destacar el hallazgo un fragmento de coraza de un oficial romano y de cinco monedas:

  • 1 denario romano de P. Licinus Crassus MF, del 54 a.C.
  • 1 as de Celsa, del 44/42 al 36/35 a.C.
  • 1 as de Calagurris del 29/28 al 27 a.C.
  • 1 as de Emerita de P. Carisio, del 23 a.C.
  • 1 no identificable

El as de Emerita del 23 a.C. se convertirá así en la moneda más reciente hallada en el castro, pero hemos de evitar considerarla como del tesorillo, pues no pertenece al conjunto y no nos sirve entonces para modificar la datación del mismo.

Pero en abril de 1987 tuvo lugar la aparición del segundo tesoro de Arrabalde en circunstancias tan lamentables como el precedente: a un km al oeste del anterior apareció un conjunto de objetos de poco más de 2 kg, entremezclándose fragmentos de piezas y tortitas de plata con joyas en buen estado y un cinturón articulado chapado en oro (novedoso en el repertorio de orfebrería prerromana meseteña).

Composición:

  • 2 torques sogueados o funiculares
  • 1 torques de cadeneta o malla
  • 1 torques de varilla simple
  • 1 brazalete espiraliforme
  • 3 fíbulas de doble pie
  • 1 broche de cinturón chapado en oro
  • varias sortijas, arracadas, fragmentos de joyas y una torta de plata

Una excavación científica realizada en la zona del hallazgo poco después, en agosto de 1988, resultó infructuosa. Al no encontrarse zona de habitación, se supone que fue escondido fuera de la zona de viviendas. Podéis leer el artículo completo de A. Esparza: «Noticia preliminar sobre el nuevo tesoro de Arrabalde«, 1988.

 

Broche de cinturón. Tesorillo Arrabalde 2. Museo de Zamora

Broche de cinturón. Tesorillo Arrabalde 2. Museo de Zamora

Torques y pulsera. Tesorillo de Arrabalde II (Foto A.M. Felicísimo)

Torques funicular y torques de cadeneta. Tesorillo de Arrabalde 2 (Foto A.M. Felicísimo)

En 1988 tuvo lugar otra campaña de excavación, ahora en la zona más alta del castro, donde se descubrió una cabaña rectangular cuya estratigrafía proporcionó fragmentos cerámicos de finales de la edad del Hierro sobre un lecho de fondo del Bronce final (Cogotas I) y dos denarios ibéricos de la ceca de leyenda SEKoBiRIKeS, según publicaron Delibes, Esparza y Martín Valls en «Los tesoros prerromanos de Arrabalde (Zamora) y la joyería celtibérica» en 1996. No he conseguido averiguar su paradero, pero puedo confirmar que no están depositados en el Museo de Zamora.

Para una revisión de conjunto de los aspectos más importantes del castro, recomiendo la lectura del artículo online de Patricia Fuentes Melgar: «El castro de Las Labradas (Arrabalde)«, del 2010.

Recapitulando, vamos a intentar estudiar ahora los denarios ibéricos presentes en el tesorillo de Arrabalde. Como ya se ha dicho, sólo aparecieron en el primero de los dos, y únicamente disponemos de la publicación de Sánchez de Arza al respecto. Según expone, le consta que había muchas más de las 20 (en realidad 19) que describe. Se sabe que además aparecieron dos denarios de TuRIAZU poco después, a consecuencia del expolio al que fue sometida la zona. Finalmente en 1986 y 1988, fruto de sendas excavaciones científicas, aparecieron 5 monedas de las que el único denario era romano, y dos denarios de SEKoBiRIKeS, respectivamente.

Villaronga, en el TMPI, lo encuadra entre los tesoros con denarios ibéricos y romanos ocultados a finales del siglo I a.C. y le asigna el número 149 de su repertorio.

Lamentablemente, de los denarios del tesorillo de Arrabalde 1 sólo contamos con las fotografías que publicó Sánchez de Arza, y su calidad es pésima. Como ya hemos dicho, aunque las joyas están en el Museo de Zamora, los denarios se encuentran en paradero desconocido. Vamos a intentar estudiarlas:

TURIAZU:

La ceca de leyenda TuRIAZU es la más representada de todas, con 6 ejemplares conocidos. Además, al menos otro par de denarios más fueron encontrados por furtivos en el mismo lugar poco después del hallazgo. Todos pertenecen al grupo V de Gozalbes. No hay ningún representante del grupo VI, la última serie en ser acuñada. Los he ordenado siguiendo la clasificación tipológica de M. Gozalbes en «La ceca de TuRIAZU«.

turi3           turi6 

  • Tipo 119. Peso 4,17 g
  • Tipo 301. Peso 3,25 g

turi2           turi1

  • Tipo 305. Peso 3,85 g
  • Tipo 335. Peso 3,52 g

turi4           turi5

  • Tipo 417. Peso 3,60 g
  • Tipo 554. Peso 3,55 g

 

BOLSKAN:

Aunque Sánchez de Arza cita 5 denarios de la ceca de leyenda BoLSKaN, luego sólo muestra las fotografías y la descripción de 4. Todos ellos son de tipo Jenkins III. No hay, por tanto, ningún ejemplar del tipo prePalenzuela ni Palenzuela, que son los más recientes.

bolskan 1 y 2           bolskan 3 y 4

Sus pesos son 3,80 g – 3,62 g – 3,55 g – 3,90 g respectivamente.

SEKOBIRIKES:

Los tres ejemplares de la ceca de leyenda SEKoBiRIKeS pertenecen cada uno a un tipo distinto. Debido a la mala calidad de las fotografías los he comparado con piezas de mi colección que considero que se asemejan bastante para poder hacer una aproximación a su clasificación.

sekob

El primer ejemplar sería un 6r 2t 0 / s 2p , es decir, anverso con busto de peinado de 6 rizos y con dos torques y sin ningún punto entre creciente y nuca, y reverso con jinete sin clámide y con 2 pies visibles. Pesa 3,50 g.

Variante con creciente entre los rizos

Denario del tesorillo de las Filipenses

El segundo ejemplar es un 9r 1t 0 / s 2p , y creo que debería presentar una peculiaridad muy interesante. Escondido entre los rizos del peinado del busto del anverso tendría que tener, aunque por la fotografía no se aprecia, el signo ibérico que representa el sonido S o el sonido M, según interpretaciones, o un creciente lunar. En 1995, en los Anejos de la AEspA XIV, Paloma Otero publicó “Una firma de grabador en los denarios de Sekobirikes”, en donde describió esta variante en siete cuños distintos. Característicamente todas tienen 9 rizos, y en el reverso el jinete no lleva clámide y sus dos pies son visibles, y la cola del caballo tiene una forma curiosa de delfín. Aunque en el Corpvs no venía, ahora en el ACIP sí, con el nº 1874. Este tipo está representado en el tesorillo de Usategi, donde había un ejemplar así, y en el tesorillo de las Filipenses, donde había otros dos, además de un tercer denario con el signo de creciente lunar que incluso creo que podría coincidir con los cuños de éste. El peso es de 3,70 g.

El tercer ejemplar de esta ceca creo que puede ser un 5r 1t 1 / s 1p , es decir, busto de 5 rizos, 1 torques y un punto entre la nuca y el creciente lunar, y reverso con jinete sin clámide y 1 pie visible. Pesa 3,60 g.

ARSAOS:

arsaos juntosLos dos ejemplares de la ceca vascona de leyenda ARSAOS del tesorillo son de la variante cuyo busto presenta un peinado con abundantes rizos. Al tratarse, sin embargo, de estilos diferentes, voy a compararlos también con un par de denarios de mi colección con el que guardan alguna semejanza para poder apreciar mejor sus diferencias. Pesan 4,22 g y 3,67 g respectivamente.

DENARIOS ROMANOS:

  • RRC 408/1        3,85 g     Familia Calpurnia  Roma  64 a.C. 
  • RRC 448/3        3,80 g     Familia Hostilia  Roma  48 a.C.
  • RRC 497/3        3,80 g     Octavio Augusto  ceca móvil  42 a.C.
  • RRC 544/20     3,45 g      Marco Antonio  ceca móvil  32-31 a.C.

romanasEsta última moneda nos servirá para fijar la fecha terminus post quem y presumir que el ocultamiento tuvo lugar con motivo de las Guerras Cántabras del 29-19 a.C., en concreto durante los acontecimientos del Bellum Asturicum. Una hipótesis sería que este castro pudiera haber sido un último reducto indígena de estos astures cismontanos ante el avance de Roma en una zona plenamente inmersa en aquél acontecimiento bélico, incluso posiblemente en relación con el acantonamiento de la Legio X Gemina en Petavonium (Rosinos de Vidriales), localizada a escasa distancia. Los restos romanos hallados en el castro, algunos del siglo I, hacen suponer que quizá subsistió romanizado o convertido en un puesto militar.

Floro refiere que en el 25 a.C. un ejército de las tribus astures descendió de las nevadas montañas que habitaban para atacar a los campamentos de invierno de los romanos, junto a Brigaecium (Dehesa de Morales de la Cueva, en Fuentes de Ropel, cerca de Benavente) a orillas del Astura (río Esla). Traicionados por sus habitantes los brigaecini, que alertaron al legado de Augusto para la Lusitania, Publio Carisio, fueron derrotados. Los que pudieron se refugiaron en Lancia, «la mayor ciudad de los astures» según Dión Casio y «fortificadísima» según Floro. Hasta ahora se pensaba que correspondería al yacimiento de El Castro, en Villasabariego (en León), pero hay autores a los que les parece concordar más con el castro de Las Labradas (en Arrabalde, Zamora). De todos modos existe controversia en este punto entre los arqueólogos, estando por un lado N. Santos Yanguas y V. González y por otro J. Celis y Á. Esparza.

Publio Carisio los persiguió hasta Lancia y atacó la ciudad, que resistió un tiempo para finalmente rendirse. Prosiguió la campaña militar y al finalizar la misma dio por conquistada la Asturias Cismontana y partió hacia el sur, para fundar la colonia Augusta Emerita (Mérida) con los veteranos de las legiones que había tenido bajo su mando.

Además de la importancia y jerarquía social de sus propietarios, reflejado en la calidad de la orfebrería de los tesorillos, el castro de La Labradas de Arrabalde debió ser un referente para las poblaciones astures, bien como lugar de presencia de élites sociales, militares o religiosas, bien como lugar de refugio y concentración poblacional en momentos de inestabilidad. Queda muchísimo por excavar y descubrir en su solar.

Actualizo la información al respecto ante la reciente publicación (2017) de Ángel Esparza Arroyo: «Un contexto para los tesoros de Arrabalde: el castro de Las Labradas» en Historias de Tesoros, Tesoros con Historia, pp.349-366. En este artículo remarca que el hallazgo en la campaña de 1986 del as de Emérita de P. Carisio fechado en el 23 a.C. ha de impedir la identificación de Las Labradas con Lancia, pues ésta fue tomada por el ejército romano en el 25 a.C. Parece ser que la toma de Lancia no resultó definitiva en el conflicto, pues los astures retomaron las hostilidades en el 22 a.C y no fue hasta el 19 a.C.  que Roma apaciguó la zona. De este modo indica que «el términus post quem que significaba el as de Carisio para la utilización de aquella cabaña, nos obliga, pues, a pensar más bien en ese momento final, en ese período fechable entre la insurrección del 22 y la fecha final del 19 a.C. en la que encajaría una especial concentración humana en lo que pudo ser uno de los últimos reductos de la revuelta. Este y no otro parece haber sido el marco histórico en el que se explican las ocultaciones de los dos tesoros, y sobre todo, el que no pudieran ser recuperados hasta dos mil años más tarde.» Piensa que el castro de Las Labradas sería construido entre el 22 y el 19 a.C «como refugio para poblaciones de distintas procedencias». Interpreta que ambos tesoros serían pertenencias privadas de índole familiar, en lugar de un tesoro público.

Tesoro de Arrabalde. Museo de Zamora

Pero tengo una buena noticia, en primicia para muchos de vosotros. Mientras recababa datos para elaborar esta entrada me puse en contacto con el Museo de Zamora, donde me dieron todo tipo de facilidades y me informaron que tenían depositados en sus vitrinas seis denarios que habían sido donados por un particular en 1984 y que procedían del hallazgo que nos ocupa. Le agradezco a esta institución, a su directora Rosario García y al conservador Alberto del Olmo su gentileza al proporcionarme sus fotografías. No dispongo de sus pesos ni de su eje de cuños, pero espero poder conseguirlos. Paso a mostrar estos 6 denarios depositados en el Museo de Zamora (Junta de Castilla y León):

Denario de BoLSKaN. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-1)

Denario de BoLSKaN. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-1)

Denario de la ceca de leyenda BoLSKaN, tipo Jenkins III.

Denario de ARSAOS. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-2)

Denario de ARSAOS. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-2)

Denario de leyenda ARSAOS. De arte muy esquemático, con abundantes rizos y cabeza muy grande. Signos ibéricos de la leyenda de estilo tosco.

Denario de SEKoBiRIKeS. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-3)

Denario de SEKoBiRIKeS. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-3)

Denario de la ceca de leyenda SEKoBiRIKeS. Debido a su estado de conservación no se aprecian bien algunos detalles, pero se ve bien claro que el busto tiene 6 rizos y el jinete sólo presenta un pie visible, lo que resulta una combinación poco frecuente.

Denario de AREKoRATa. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-4)

Denario de AREKoRATa. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-4)

Denario de la ceca de leyenda AREKoRATa. Leyenda en una sola fila. Arte peculiar, posiblemente por ser imitación de época. Por la misma razón, tampoco queda claro si el signo del anverso es la letra ibérica Ku o un glóbulo.

Denario romanode la familia Papia. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-6)

Denario romano. RRC 384/1. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-6)

Denario romano republicano de la familia Papia. RRC 384/1. Datado el 79 a.C. Ceca de Roma. El símbolo del anverso se describe como horno de fundición, y el del reverso, una copela. Es de los denominados denarios serratos, por el contorno del cospel.

Denario romano. RRC 544/30. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-5)

Denario romano. RRC 544/30. Museo de Zamora. (nº MZA84-3-5)

Denario romano de las legiones de Marco Antonio. RRC 544/30, datado entre el 32-31 a.C. Ceca de Patras. Legión XV. Como vemos, confirma la cronología atribuida al tesorillo.

Para finalizar, os dejo un par de interesantísimos vídeos.

 

Quiero dedicar esta entrada a José Martínez Bausela, por ser zamorano y por ser mi amigo. También mostrar mi agradecimiento al Museo de Zamora (Junta de Castilla y León) por facilitarme las fotografías, y a Ray Benzal, responsable del blog numismática antigua , por su ayuda en la catalogación de los denarios romanos.
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7 respuestas a Tesorillo de Arrabalde

  1. David R. dijo:

    Campamento de la legio x gemina muy cerca

  2. Miguel Ángel dijo:

    Extraordinarios tesoros y excelente artículo. Muchas gracias, Francis, extensivas a quienes te han apoyado.

  3. Pepe dijo:

    Interesante artículo como siempre, pero además muy ameno por el trasfondo histórico que relatas.
    Un saludo.

  4. Jesús Celis Sánchez dijo:

    Me parece que no está incluido lo último que se ha publicado -Esparza Arroyo, A. 2017: “Un contexto para los tesoros de Arrabalde. El castro de Las Labradas”. Historias de Tesoros, Tesoros con historia. Cáceres, 343-366- Este autor, con un análisis arqueológico minucioso, no es partidario de vincular a este yacimiento con Lancia, y desde luego yo tampoco a partir de los argumentos que se han esgrimido para afirmarlo.

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  6. Ricardo dijo:

    Excelente reportaje, sin embargo debo apelar a la honestidad intelectual, dando autenticidad a ciertos términos aquí descritos. Es un error en mi opinión referirse al Castro de las Labradas como tal, ya que dicho Castro no existe en la actualidad. Bien se entendería si se dijese » en la Sierra de las Labradas, existió hace dos mil años un Castro, de cuyo legado no queda rastro alguno, excepto los tesoros encontrados y la murallas recientemente reconstruidas, de forma poco auténtica y creíble.
    Se da el caso de que debido a este eror, muchos lectores interpretan que en la Sierra de las Labradas, existe un Castro y cuando fiándose por lo escrito van a visitar la zona, se encuentran con un gran fiasco, ya que allí arriba no existe nada que lo identifique como tal.
    En fin con esto solo quiero decir que debemos ser mas auténticos a la hora de narrar el legado que nos ha dejado la historia.
    Gracias y un saludo
    Ricardo Zamora

    • francis dijo:

      Estimado Ricardo, muchas gracias por tu mensaje y por tus amables palabras. En realidad no es un reportaje, sino una revisión y puesta al día de lo que se conoce sobre este tesorillo. No puedo estar de acuerdo con tus argumentos, pues la denominación de Castro de Las Labradas no es un reclamo turístico sino el nombre que le han dado los arqueólogos al yacimiento, y esto no se basa en su estado de conservación o su monumentalidad, sino en los estudios realizados en el mismo. No se trata de que queden rastros visitables, sino de lo que, como bien dices, hubo allí algún día. Son términos que utilizan arqueólogos e historiadores, no consejerías de turismo. Recibe un cordial saludo, y repito las gracias por tu participación.

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