Tesorillo de Padilla de Duero I

Monedas del tesorillo de Padilla de Duero I. Foto: Numismática Romana en Valladolid

 

Pintia era un oppidum vacceo citado en la Geografía de Ptolomeo («Geografia» II, 5) que tras su romanización se convirtió en la mansio romana nombrada en el Itinerario Antonino (440, 4) como la IV mansio de la via ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam. Hoy en día se considera que las más de 120 hectáreas de yacimiento arqueológico localizadas en los términos de Padilla de Duero y Pesquera de Duero serían el lugar de asiento de esta población vacceo-romana. En él se distinguen varias áreas, siendo Las Quintanas el núcleo poblacional (Sanz y Velasco, 2003).

Ya un informe de 1871 elaborado por la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos para inspeccionar los hallazgos ocurridos en Padilla de Duero a consecuencia de la explotación del terreno como fuente de fosfatos plasmaba por primera vez la naturaleza celtibero-romana del asentamiento de Las Quintanas (Orodea y Martí, 1873), en Padilla de Duero (Peñafiel, Valladolid).

Tras una larga etapa de olvido (pero con frecuentes hallazgos esporádicos) a mediados del siglo XX, como consecuencia de la concentración parcelaria y de los planes de riego de la Confederación Hidrográfica del Duero y con la introducción de los tractores agrícolas y las obras para la canalización del regadío, se empiezan a intensificar los hallazgos de material arqueológico, pues se accede a niveles antes nunca alcanzados.

El descubrimiento fortuito en 1968 del primero de los tres tesorillos de joyas y monedas en el área de Las Quintanas inauguró una nueva etapa en la historia del lugar, pero es con la aparición del segundo, fruto de actividades clandestinas de buscadores furtivos, lo que pone en marcha la primera excavación arqueológica de urgencia en 1985 «a fin de contextualizar dicho hallazgo suntuario» (Gómez y Sanz, 1993). A partir de ahí comenzará la investigación del conjunto arqueológico y se avanzará sustancialmente en su conocimiento.

Zona Arqueológica de Pintia (fotografía aérea: pintiavaccea.es)

 

La historia del descubrimiento del primer tesorillo es como sigue. En 1968, mientras realizaba labores agrícolas en una parcela rural situada en el lugar de Las Quintanas (en Padilla de Duero, Peñafiel, Valladolid) y en lo que sería seguramente el centro del poblado vacceo de Pintia, un vecino de Quintanilla de Arriba llamado Vicente Vallejo Madrazo tropezó con un torques roto y varias monedas que acababan de aflorar en superficie. Tras cribar el lugar y tamizar la tierra, el resultado del hallazgo fueron unos 150 denarios y varias joyas de plata y oro que en su mayoría fueron adquiridos por el anticuario de Valladolid Eufemio Díez Monsalve, aunque su descubridor conservó para sí varias monedas y alguna joya (Delibes et al., 1993).

Con respecto a las joyas, señalar que su composición en el tesorillo era la siguiente:

  • tres brazaletes de plata.
  • dos torques de plata.
  • un anillo de plata.
  • tres arracadas de oro.
  • un fragmento de cadeneta de oro.

Salvo la cadeneta todas fueron adquiridas por el anticuario, quien las ofertó al Museo de Valladolid que finalmente las compró en 1980.

Joyas del tesorillo de Padilla de Duero I. Museo de Valladolid.

En cuanto a las monedas, aparecieron unos 150 denarios como ya hemos señalado, de los cuales aproximadamente un centenar adquirió Díaz Monsalve y pasaron al mercado de antigüedades, dispersándose, y 55 conservó el autor del hallazgo hasta que a instancias tanto de su hijo Ángel como del investigador Carlos Sanz y de Tomás Madrazo, los donó al Museo de Valladolid en 1988, junto con la cadeneta trenzada de oro y otras piezas de menor entidad (fíbula de caballito de bronce, cuenta de pasta vítrea, sonajero y colgante cerámicos,…) que posiblemente perteneciesen al entorno del hallazgo más que al tesorillo.

Todos esto datos los he podido extraer del artículo «Tesoros celtibéricos de Padilla de Duero» (Delibes et al., 1993), cuya lectura recomiendo encarecidamente.

De este modo, de los aproximadamente 150 denarios que aparecieron en el tesorillo (según testimonio del autor del hallazgo) sólo podremos estudiar los 55 que donó al Museo de Valladolid y donde están depositados, pues como hemos dicho los demás se dispersaron en el mercado.

Se distribuyen del siguiente modo:

  • Sekobirikes: 30
  • Turiazu: 17
  • Arekorata: 4
  • Arsaos: 3
  • Belikio: 1

Seguiremos la numeración de los ejemplares asignada en el artículo citado. Las fotografías son gentileza del proyecto MIB y del Museo de Valladolid, donde están depositados.

AREKORATA

4 ejemplares, todos de leyenda corta y en una fila. No hay enlaces de cuños:

  • 1: ACIP 1771. MIB 102/21. Se caracteriza por el rizo frontal peculiar de la cabeza del anverso. Pesa 3,50 g, eje a la 1h.
  • 2: ACIP 1773 var. MIB 102/22b. Leyenda con los dos últimos signos nexados Ta-S. Peso 3,56 g y eje a las 2h.
  • 3: ACIP 1773. MIB 102/22a. 1 torques, jinete con un pie visible. Pesa 3,66 g y eje a las 12h.
  • 4: ACIP 1774. MIB 102/22c. 1 torques, jinete con dos pies visibles. Pesa 3,21 g y eje a las 11h.

1. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto: MIB

2. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto: MIB

3 y 4. Arekorata. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

ARSAOS

3 ejemplares, el 5 y 7 comparten ambos cuños de anverso y reverso. Los tres pertenecen al grupo 15, el último en acuñarse de estos denarios, caracterizado por llevar en su anverso un busto de estilo peculiar, con múltiples rizos en espiral y oreja en forma de anzuelo, y en su reverso un jinete que porta el bipenne de modo llamativamente vertical y la leyenda con signos grandes y de trazos muy rectos. Los ejemplares de este grupo aparecen característicamente en los tesorillos meseteños palentinos (Palencia II), burgaleses (Roa I) y vallisoletanos (Padilla I y II).

  • 5 y 7: ACIP 1655 var. MIB 85/15b, con algún adorno en forma de S en el peinado. Pesan 3,85 g y 3,10 g respectivamente y tienen el eje de cuños a las 12h. Comparten cuño de anverso y de reverso.
  • 6: ACIP 1655 var. MIB 85/15a, sin adornos en el peinado. Pesa 3,67 g y eje de cuños a las 4h.

5 y 7. Arsaos. Museo de Valladolid. Foto: MIB

6. Arsaos. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

BELIKIO

  • 8: ACIP 1430. MIB 76/1a. Anverso con leyenda BeL y reverso con leyenda BeLIKiO. El busto del anverso presenta un rizo de gancho sobre la oreja. Pesa 3,71 g y eje de cuños a las 12h. La presencia de ejemplares de esta ceca es excepcional en estos tesorillos meseteños, salvo en el de Palenzuela.

8. Belikio. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

TURIAZU

17 ejemplares. Todos pertenecen al grupo V de Gozalbes y los mostramos siguiendo el orden de su monografía (Gozalbes, 2009), aunque indicando primero el número que le asignan en el tesorillo y después el tipo al que pertenece (establecido en función de su par de cuños de anverso y reverso). Tras ello, el del catálogo MIB y el del ACIP. No hay ningún ejemplar de la fase final de este grupo, caracterizada por el peculiar prognatismo mandibular del busto del anverso. Los ejemplares 49 y 54 comparten cuños de anverso y reverso.

  • 53: Gozalbes 71. MIB 109/18a. ACIP 1720. De la primera fase del grupo V de Gozalbes. Pesa 3,29 g y tiene el eje de cuños a las 12h. 

53. Turiazu. Gozalbes 71. MIB 109/18a. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 55 y 50: Gozalbes 112 y 119. MIB 109/19a y 19b. ACIP 1721. También del comienzo del grupo V, su estilo suele denominarse tipo «Alagón» por su presencia característica en este tesorillo. Pesan 3,88 g y 2,90 g y eje ambos a la 1h.

55. Turiazu. Gozalbes 112. MIB 109/19a. Museo de Valladolid. Foto: MIB

50. Turiazu. Gozalbes 119. MIB 109/19b. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 46, 42 y 48: Gozalbes 176, 209 y 211. MIB 109/21. ACIP 1722. De la fase intermedia del grupo V, la más numerosa. Pesan 4,06 g; 3,67 g; 3,83 g y eje a las 11h, 12h, y 11h.

46, 42 y 48. Turiazu. Gozalbes 176, 209 y 211. MIB 109/21. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 43, 44, 47, 45 y 52: Gozalbes 227, 232, 277, 280 y 283. MIB 109/22. ACIP 1722. De la fase intermedia del grupo V. Pesan 3,71 g; 3,72 g; 3,88 g; 3,90 g; 3,68 g y eje a las 1h, 8h, 12h, 5h, y 2h.

43, 44, 47, 45 y 52. Turiazu. Gozalbes 227, 232, 277, 280 y 283. MIB 109/22. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 49 y 54: Gozalbes 292. MIB 109/24. ACIP 1722. De la fase intermedia del grupo V. Comparten cuños de anverso y reverso. Pesan 3,72 g; 3,05 g y eje a las 1h y 11h.

49 y 54. Turiazu. Gozalbes 292. MIB 109/24. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

  • 51, 39, 41, 40: Gozalbes 330, 332, 342 y 368. MIB 109/23a. ACIP 1722. También de la fase intermedia del grupo V. Pesan 3,69 g, 3,76 g; 4,14 g; 3,63 g y eje 1h, 11h, 1h, y 11h.

51, 39, 41 y 40. Turiazu. Gozalbes 330, 332, 342 y 368. MIB 109/23a. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

SEKOBIRIKES

30 ejemplares. No encontramos enlaces de cuños. Seguiremos nuestra clasificación basada en el número de rizos del busto de anverso, número de torques, pies visibles y si porta o no clámide. Están representados los 5 grupos (esto es, hay ejemplares de 5, de 6, de 7, de 8 y de 9 rizos).

5 rizos

  • 16, 17 y 18: ACIP 1870. MIB 125/01. Los tres ejemplares pertenecen al tipo más común, esto es, busto de anverso con 1 torques y 1 punto entre nuca y creciente, y jinete del reverso con 1 pie visible y sin clámide (5r 1t 1/ 1 s) que corresponde al MIB 125/01. Pesan 4,04 g ; 3,94 g y 3,88g y eje a las 11h, 11h y 1h.

16, 17 y 18. Sekobirikes. MIB 125/01. Museo de Valladolid. Foto: MIB

 

6 rizos

Hay ejemplares de los tres subgrupos más comunes:

  • 1 torques, 1 pie, sin clámide: 2 ejemplares
  • 2 torques, 2 pies, sin clámide: 9 ejemplares
  • 2 torques, 2 pies, con clámide: 10 ejemplares

Veamos:

  • 14 y 15: ACIP 1870. MIB 125/05a. 6 rizos, 1 torques, 1 punto entre nuca y creciente, 1 pie, sin clámide (6r 1t 1/ 1 s), que corresponde al MIB 125/05a. Pesan 3,65 g y 3,87 g y eje a las 1h y 2h.

14 y 15. Sekobirikes. MIB 125/05a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

  • 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27 y 28: ACIP 1873. MIB 125/08a. 6 rizos, 2 torques, 2 pies, sin clámide (6r 2t/ 2 s) que corresponde al MIB 125/08a. Pesan 2,99 g; 3,71 g; 3,78; 3,80; 3,61 g; 3,51 g; 3,82 g; 4,24 g; 3,42 g  y eje a las 1h, 1h, 1h, 1h, 1h, 12h, 1h, 4h, y 12h.

20 a 28. Sekobirikes. MIB 125/08a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

  • 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37 y 38: ACIP 1875. MIB 125/09a. 6 rizos, 2 torques, 2 pies, con clámide (6r 2t/ 2 c) que corresponde al MIB 125/09a. Pesan 3,72 g; 3,67 g; 3,81 g; 3,55 g; 3,34 g; 3,59 g; 3,75 g; 3,97 g; 3,75 g; 3,67 g y eje de cuños a las 12h, 12h, 2h, 12h, 12h, 11h, 1h, 12h, 1h, y 12h.

29 a 38. Sekobirikes. MIB 125/09a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

7 rizos

Tres ejemplares, que se distribuyen en dos subgrupos:

  • 9: ACIP 1869. MIB 125/10. Busto de anverso con 7 rizos y varios arcos de semirrizos, 1 torques, y jinete de reverso mostrando 1 pie y sin clámide (7*r 1t/ 1 s) que se corresponde al MIB 125/10. Es una variante bastante rara. Pesa 3,25 g y eje a las 3h.

9. Sekobirikes. MIB 125/10. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

  • 12 y 13: ACIP 1870. MIB 125/12b. Busto con 7 rizos y medio, 2 torques, 1 punto entre nuca y creciente, y jinete mostrando 1 pie y sin clámide (7 ½r 2t 1/ 1 s) que corresponde al MIB 125/12b. Es la variante más común de este grupo de 7 rizos. Pesan 2,88 g y 3,91 g y eje a las 2h y 3h.

12 y 13. Sekobirikes. MIB 125/12b. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

8 rizos

  • 10 y 11: ACIP 1869. MIB 125/14a. Busto con 8 rizos y 1 torques, y jinete mostrando 1 pie, sin clámide (8r 1t/ 1 s), que corresponde al MIB 125/14a. Es también la variante más común del grupo. Pesan 3,52 g y 3,68 g y eje a las 12h y 7h.

10 y 11. Sekobirikes. MIB 125/14a. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

9 rizos

  • 19: ACIP 1874. MIB 125/23. Busto con 9 rizos y 1 torques, y jinete mostrando 2 pies y sin clámide (9r 1t/ 2 s), con la peculiaridad de que entre los rizos presenta un signo con forma de W. Corresponde al MIB 125/23. Pesa 3,88 g y eje a la 1h.

19. Sekobirikes. MIB 125/23. Museo de Valladolid. Foto: MIB.

 

Conclusiones

En cuanto a su cronología, se trata muy probablemente de un ocultamiento de riqueza personal con motivo de las guerras sertorianas (80-72 a.C.) (Delibes, 2013).

El hecho de no poder estudiar el tesoro en su integridad (sólo un tercio del mismo es conocido) no permite sacar conclusiones firmes. A esto se añade el hecho de no contar con la presencia de ningún denario romano que pudiera permitir fijar al menos un fecha post quem a partir de la cual tendríamos la seguridad de que fue enterrado. Sin embargo, por sus característica composición, y comparándolo con otros similares, lo podríamos encuadrar entre los ocultados con motivo de la inestabilidad que ocasionó el conflicto sertoriano (80-72 a.C.) en territorio vacceo con bastante grado de certeza.

El numerario hallado en la provincia de Valladolid emitido durante la época de la República romana está compuesto fundamentalmente por denarios ibéricos con un neto predominio de las monedas emitidas por las ciudades celtibéricas más cercanas (Pérez, 2011).

Este tesorillo no aparece reflejado en el repertorio TMPI de Villaronga pues esta obra fue publicada en 1993, el mismo año que el artículo que lo dio a conocer.

En próximas entradas trataremos tanto sobre el segundo de los tesorillos de Padilla de Duero como de las generalidades de este interesante yacimiento (con mención al tercer tesorillo, compuesto exclusivamente por joyas) con especial referencia a la importante labor del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg y su web pintiavaccea.es

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Delibes et al., 1993: Germán Delibes de Castro, Ángel Esparza Arroyo, Ricardo Martín Valls y Carlos Sanz Domínguez: Tesoros celtibéricos de Padilla de DueroArqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero, pp. 397-470. Romero Carnicero, Sanz Mínguez, Escudero Navarro (eds.). Junta de Castilla y León. Valladolid. 1993.

Delibes, 2013: Germán Delibes de Castro: Los tesoros vacceos de Padilla de Duero: la ocultación como respuesta a la requisa romana. Conocer Valladolid. VI Curso de patrimonio cultural 2012/13, pp. 13-26. Ed. Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Valladolid. 2013.

Gómez y Sanz, 1993: Alicia Gómez y Carlos Sanz, El poblado vacceo de las Quintanas, Padilla de Duero (Valladolid): Aproximación a su secuencia estratigráficaArqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero, Valladolid, pp.335-370. Junta de Castilla y León. 1993.

Gozalbes, 2009: Manuel Gozalbes, La ceca de Turiazu. Monedas celtibéricas en la Hispania republicana, p. 79. Serv. de Investigación prehistórica del Museo de Prehistoria de Valencia. Serie Trabajos Varios 110. Diputación de Valencia. 2009.

Orodea y Martí, 1873: Eduardo Orodea e Ibarra y José Martí y Monsó: Informe sobre las excavaciones en el término de Padilla de Duero. Valladolid. 1873.

Sanz y Velasco, 2003: Carlos Sanz y Javier Velasco: Pintia. Un oppidum en los confines orientales de la región vaccea. Universidad de Valladolid. 2003.

Pérez, 2011: Fernando Pérez Rodríguez-Aragón. La circulación del dinero de época romana en territorio vallisoletano. Numismática Romana en Valladolid. Arqueología, Libros y Antiguo Coleccionismo, pp. 26-51. Eloísa Wattenberg (coord). Asociación de Amigos del Museo de Valladolid. Valladolid. 2011.

 

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