Tesorillos (I)

En numismática, el término tesorillo no lo empleamos como diminutivo de tesoro ni haciendo referencia a algo de valor, sino como un ocultamiento de un conjunto de monedas. Los anglosajones utilizan la palabra hoard, que expresa quizá mejor este significado.

Así, tan tesorillo es el de Palenzuela, con más de 2600 denarios ibéricos, como el de Usastegi con tan solo ocho.

 La diferencia fundamental entre un tesorillo y un hallazgo esporádico es que en aquél hay un ocultamiento intencionado de algo de reconocido valor por su propietario, por lo que rara vez hay piezas forradas o falsas. Sin embargo, en los hallazgos aislados, que pueden ser casuales o fruto de la excavación de un yacimiento, esas piezas sí que aparecen, pues se desprendieron de ellas sus dueños, y también habrá ejemplares que simplemente perdieron, habitualmente de escaso valor, como monedas de bronce.

 Tengamos en cuenta que la inestabilidad social, los conflictos armados o las situaciones de inseguridad eran el pan de cada día en el mundo antiguo. Así, no es extraño que sus gentes optaran a veces por guardar sus ahorros en vasijas, arcas, ollas,… y las ocultaran de la vista de los demás.

cerámica numantina

Por eso suele tratarse de objetos, adornos y monedas de metales preciosos, todos ellos de valor, y como tal, atesorables.

En la época y lugar que nos ocupa, las monedas serán casi siempre de plata, pues el oro no era amonedado por los pueblos indígenas peninsulares y el bronce, de poco valor, servía para los pagos cotidianos.

La muerte, el traslado forzoso, el apresamiento o cualquier otra causa de fuerza mayor que acaeciese sobre el propietario, hacía que en ocasiones éste no pudiese recuperar su atesoramiento, permaneciendo así oculto y olvidado.

fototesorillo

En nuestra Península, los tesorillos con denarios ibéricos ocultados con motivo de períodos de invasiones y guerras anteriores a la época imperial se pueden clasificar, siguiendo a Villaronga, en:

– II Guerra Púnica y levantamiento de los iberos (218-195 a.C): no contienen denarios ibéricos, sino dracmas ibéricas de imitación emporitana, dracmas de Arse, …

– Paso de los Cimbrios a través de Cataluña (104 a.C.): como los de La Barroca y Segueró.

– Desde finales del siglo II a.C hasta el levantamiento de los iberos (98-94 a.C).

– Guerra Sertoriana (80-72 a.C.): bastante abundantes.

 

El estudio de los tesorillos nos aporta una información importantísima para el mejor conocimiento de los denarios ibéricos.

Son fundamentales los trabajos recopilatorios realizados por Leandre Villaronga («Tresors Monetaris anteriors a August: repertori i analisi») y Francisca Chaves Tristán («Tesoros en el Sur de Hispania»), y la serie «Hallazgos Monetarios» publicada durante años y sucesivamente en diferentes medios (revista Ampurias, Numario Hispánico y Numisma) por Mateu y Llopis.

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4 respuestas a Tesorillos (I)

  1. Miguel Ángel dijo:

    Inicias un tema apasionante, el de los tesorillos. Espero con interés las sucesivas entradas.

  2. Juan de Avalos Schlegel dijo:

    Buenas tardes, y enhorabuena por este interesantísimo blog dedicado a los denarios ibéricos.
    He observado la cronología mencionada publicada por el Dr. Villaronga, y estimo que necesitaría una revisión en cuanto a los periodos sobre los ocultamientos. Ya que deja descubierto uno de los periodos más importantes, entre los años 195 a. C. hasta el 104 a. C. época en la que la represión, y sometimiento romano en la Citerior fué mucho más agresivo, y violento. Como el asedio a Numancia, ataques a Segeda, Lutiakos, y otras ciudades celtibéricas entre el 155 al 130 aproximadamente. Máxime cuando eran las tropas indígenas contratadas por Roma, las que eran pagadas con esas monedas. Y sí hay tesorillos (aunque no sé si los habrá oficiales), hallados en esas fechas: Borja, Magallón, Renieblas, Almazán, … Además muchas de las emisiones de mejor estilo fueron acuñadas en este periodo.
    Muchas gracias, enhorabuena de nuevo, y un cordial saludo desde Extremadura!.

    Juan

    • francis dijo:

      Tienes mucha razón, y sí que resulta extraño ese vacío temporal que deja Villaronga.
      Una revisión de los períodos sería muy recomendable, pues, como dices, a mediados del siglo II a.C. la Citerior sufrió continuos episodios bélicos.
      Muchas gracias por tus palabras, y ya sabes que tus aportaciones son imprescindibles.
      Francis

  3. Raúl dijo:

    Es lógico que se atesoren monedas «legales», pero no es raro encontrar denarios forrados en ocultaciones de grandes cantidades de denarios. Muchas monedas procedentes de tesorillos llevan recuerdos de sus hermanas forradas en su propia «piel», en alguno que recuerdo no publicado de más de 2.200 denarios romanos e ibéricos, sobre un 2% eran forrados y otro 2% con dudas.

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