Tesorillo del Cerro de la Miranda

En 1947, en el Cerro de la Miranda, un alto situado en el municipio palentino de Fuentes de Valdepero, a 9 km de Palencia, un campesino encontró en un pozo un conjunto de joyas y monedas mientras labraba la tierra. Sin dar parte del hallazgo, vendió el tesorillo en el mercado de antigüedades, y quedó disgregado en varios lotes. Dos de estos lotes fueron finalmente adquiridos por el Estado e ingresados en el Museo Arqueológico Nacional. Ambos estaban formados exclusivamente por joyas.

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

El primero de ellos, adquirido por Orden Ministerial de 13/10/1955, estaba formado por cinco brazaletes y seis torques. El segundo, adquirido por Orden Ministerial de 22/10/1956, por cuatro brazaletes y cuatro torques.

La gestión de compra la realizó el director del MAN, Joaquín Mª de Navascués, con la ayuda de la Dirección General de Bellas Artes. Las poseía un anticuario, que en primera instancia dijo que creía que procedían de Tordesillas, para más tarde indicar que fue encontrado “arando un campo en término de Valdecepeda, provincia de Palencia” (esto lo señala así Almagro Basch, pero constato que no existe tal localidad, que ha de tratarse de Fuentes de Valdepero, de parecida fonética, donde hoy en día sitúan el hallazgo otros autores).

Por otro lado, un tercer lote compuesto por un torques y un brazalete había acabado en la colección de Fernando Calzadilla, de Badajoz, según publicó A. Blanco Freijeiro en AEspA 30, nº 96, 1957, que posteriormente fue adquirida por el Estado, en 1984, para el Museo Arqueológico de Badajoz.

Hay indicios de que algunas otras piezas de orfebrería presentes en los Museos de Jaén y de Córdoba quizá pertenezcan también a este tesoro.

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

Y por último, y la parte que nos atañe, un lote de doce denarios ibéricos que pasaron a poder del ingeniero de armamento José Manuel Villegas Silva.

Parece ser que había más denarios, alguno romano, según insinúa Martín Almagro Basch, autor de la primera referencia publicada de este tesoro, en Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales 16-18, 1955-57, Madrid 1960, pp.33-49. Sabemos que posteriormente a esta publicación, el 8 de enero de 1960, Villegas donó al MAN estos doce denarios.

Almagro Basch en su trabajo describe no sólo las joyas sino también los denarios, referenciándolos al Vives, y dando su módulo y peso. Al final, repite su convicción de que faltan más piezas por inventariar: “debemos esperar que se pueda completar pronto el inventario de lo que aún no llegó al MAN ni ha salido a la luz y entre cuya parte figuran varias monedas. Denarios romanos e ibéricos, de los cuales ninguno ha llegado aún a nuestras manos, aunque tenemos la esperanza de poderlos incorporar un día al avance que estas líneas representan, para el estudio de este importante depósito arqueológico, del arte de los pueblos prerromanos célticos de la Meseta española”.

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

 

La siguiente noticia de este tesorillo la tendremos años después, cuando Navascués, en “Las Monedas Hispánicas del MAN”, tomo II, 1971, p.39, dice así:

“El 8 de enero de 1960, don José Manuel Villegas donó al Museo 12 denarios ibero-romanos hallados con diversas joyas de plata en el Cerro de La Miranda en las proximidades de Palencia. Dos lotes de tales joyas habían sido adquiridos para el Museo por el Ministerio de Educación y Ciencia según Órdenes de 13/10/55 y 22/10/56. De estas adquisiciones dió noticia don Martín Almagro Basch en la Memorias de los Museos Arqueológicos, agregando una mala descripción de las doce monedas que entonces poseía el señor Villegas.

Alhaja de plata perteneciente al tesorillo. MAN

Alhaja de plata perteneciente al tesorillo. MAN

Del ingreso de las monedas por donación de su propietario se dio cuenta en el siguiente volumen de las Memorias y en Numario Hispánico, refiriendo simplemente el hecho y sin hacer descripción ni inventario de las piezas. De cuanto dice el señor Almagro (p.33) y de cuanto se desprende de las circunstancias del hallazgo del tesoro de plata  y de su dispersión, dedúcese la sospecha vehemente de que las monedas regaladas por el señor Villegas no son más que una parte de las que aparecieran en el cerro de La Miranda”.

Y añade la siguiente nota al pie: “Nota: compuesto este trabajo, y en prensa ya, salió la “Numismática ibérica e ibero-romana”, de Antonio M. de Guadán (Madrid, 1969), en donde trata de los tesoros de Azaila y de Salvacañete sin decir cosa alguna de interés, ni del centro en el que se conservan. No trae el tesoro del Cerro de La Miranda”.

Resulta llamativa la crítica tan agria que realiza Navascués tanto de Almagro como de Guadán. Y todavía más cuando tampoco él da mucha mejor información de las monedas: “las doce monedas del Museo se distribuyen así en detalle: Arsaos: una moneda; Secobirices: 7 monedas; Turiasu: 4 monedas. Total: 12 monedas”. Increíble. Almagro, a pesar de lo que dice Navascués, no daba una tan mala descripción de las piezas. No nos detendremos en ella, pues disponemos de las fotos de los ejemplares, que se encuentran, como hemos dicho, depositados en el MAN. Estas fotos se encuentran a disposición del público en los enlaces correspondientes de http://ceres.mcu.es/pages/Main

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

Alhajas de plata pertenecientes al tesorillo del Cerro de la Miranda. MAN

 

En la bibliografía que trata de los hallazgos, podemos decir que frecuentemente se habla de tres tesorillos de Palencia:

-El tesorillo de Palencia I, que apareció en 1905 al acometer las obras del Puente de Hierro, sobre el río Carrión. Aunque se daba por desaparecido, según investigaciones de Javier Pérez Rodríguez (director del Museo de Palencia) y gracias a unos dibujos de época realizados por el erudito local Francisco Simón Nieto, tras pasar por manos de un anticuario inglés residente en Francia, actualmente se halla en la HSA prácticamente en su totalidad. Las fechas concuerdan perfectamente con la etapa de Huntington. No consta que contuviese moneda alguna.

-El tesorillo de Palencia II, que es el que nos ocupa, llamado de Cerro de la Miranda.

-El tesorillo de Palencia III es el denominado tesorillo de las Filipenses, compuesto por joyas y denarios ibéricos, al que próximamente dedicaremos una entrada en este blog.

Siguiendo con nuestro tesorillo, Villaronga, en su TMPI, le asigna la numeración nº 104, y lo clasifica entre los ocultados con motivo de las guerras sertorianas (80-72 a.C.), y compuesto por denarios ibéricos exclusivamente. Como en otros tesorillos meseteños, están ausentes los denarios republicanos romanos (lo que dificulta su datación), y hay alhajas de plata.

Fuentes de Valdepero

Fuentes de Valdepero. Al fondo, el Cerro de la Miranda

Unas notas manuscritas de Villegas, que recordemos que fue el que adquirió los doce denarios, apuntaban que el hallazgo tuvo lugar en el Cerro de la Miranda. Este manuscrito, fechado en enero de 1957 y en paradero desconocido, felizmente fue copiado textualmente por K. Raddatz, y dice así: “Cerro de la Miranda: 1947, hecho al labrar una tierra en lo alto del Cerro de la M. El estado de conservación de los…objetos y su carencia de corrosión…, hacen sospechar estaba…encerrado en una vasija”. Y lo diferencia claramente del «Tesorillo de objetos suntuarios célticos hallado en el solar de la religiosas Filipenses de Palencia, de 1956«.

Pero existen muchos datos confusos en relación con este tesoro que pueden llevar a pensar que guarda alguna relación con el tesoro de las Filipenses. Sin embargo, el estudio de los cuños presentes en ambos conjuntos parece negar esta posibilidad, según Gozalbes (La ceca de Turiazu, p.69, 2009).

Veamos. En 1997 este mismo autor pensaba que era muy probable que el tesoro solo fuese una parte desgajada del tesoro de las Filipenses de Palencia (Palencia III). Delibes de Castro tambien manifestó que según informaciones del arquitecto Carlón (que dirigía las obras en el convento de las monjas Filipenses cuando apareció dicho tesoro) el del llamado del Cerro de la Miranda en realidad apareció aquí también, pero fue distraído, y se falseó su origen para evitar repartos y problemas legales.

Cualquier teoría al respecto puede ser cierta, pues la información en ningún momento fue completa. Puede tratarse del mismo tesoro, encontrado a la vez o en distintos momentos, o no tener relación alguna.  Se han perdido muchos de los detalles del descubrimiento y no se sabe prácticamente nada del contexto arqueológico de este conjunto pues no fue resultado de una excavación científica. Además, tampoco estamos seguros de su composición original pues pronto se dispersó en el comercio de antigüedades.

Mostramos ahora las imágenes de las piezas de este tesoro, depositado en el MAN, gracias al proyecto Ceres del Ministerio de Cultura, que las pone a disposición del público en los términos que se especifican al final de este trabajo. Mi agradecimiento a los responsables de dicho proyecto, al MAN y a los fotógrafos (ver nota a pie de página).

 

Denario de ARSAOS del tesorillo de Cerro de la Miranda. 3,40 g. Cabeza barbada, con peinado de muchos rizos distribuidos en tres niveles y sin adornos, un cuello característicamente largo, y ojo de factura natural, igual que el resto de la faz (los denarios de esta ceca suelen mostrar un rostro idealizado, con ojos desproporcionados en algunos casos, cuello corto, adornos en el peinado,…). En el ACIP no se incluye esta variante, pero considero que su peculiaridad lo merece. Por supuesto, también presenta arado y delfín, y reverso con jinete portando bipenne o cateia (no está claro qué arma es representada con esa forma de dardo), como es constante en esta ceca. Tengo un ejemplar con el mismo cuño de anverso.

95 copia

Arsaos es una ceca vascona, cuya localización ha de estar en las proximidades de Sangüesa (Navarra), posiblemente en el yacimiento de Campo Real. La cronología de su emisión se estima hacia finales del siglo II a.C y principios del I a.C.

 

Seko 1,4 y 33 denarios de SEKoBiRIKeS cuyo jinete del reverso no porta clámide y tiene un solo pie visible. Los tres presentan en su anverso un busto imberbe con peinado de los denominados rizos celtibéricos (semirrizos  en forma de semicírculos concéntricos que se afrontan muchas veces con otros, formando así círculos). Los tres ejemplares tienen ocho rizos (el segundo tiene uno superpuesto y podría considerarse como de 7 y 1/2). Dos de los ejemplares muestran dos torques (o un torques y un collar de cuentas), y un punto entre creciente y nuca, y el tercero sólo un torques y ningún punto. Vemos que el tamaño de la cabeza (respecto al cospel) es similar en todos ellos. Sus pesos son 4,68 g inusualmente alto, 3,31 g  y  3,72 g.  respectivamente.

Yo los clasifico a los dos primeros como 8r-2t-1 / S-1p  (8 rizos-2 torques-1 punto / Sin clámide-1 pie). Y al tercero como 8r-2t-0 / S-1p

 

En este ejemplar, el jinete tampoco presenta clámide, pero tiene ambos pies visibles.

El busto del anverso tiene el peinado en seis rizos concéntricos y se adorna con dos torques (según autores, un torques y un collar de cuentas). No hay ningún punto entre creciente y nuca. Sería un 6r-2t-0 / S-2p. El ACIP asigna a estos ejemplares sin clámide y dos pies (sin entrar en más consideraciones) el número ACIP-1873. Pesa 3,80 g.

 

Los otros tres ejemplares restantes de SEKoBiRIKeS presentan un jinete de reverso portador de clámide y con los dos pies visibles. El busto del anverso presenta los característicos rizos descritos pero esta vez en número de seis. Sólo en uno de ellos podemos asegurar que su cuello se adorna con dos torques, debido al mal estado de conservación de los otros dos ejemplares. No parece que presenten ningún punto entre creciente y nuca.

Seko 5y6

A estas variantes de jinete con clámide y los dos pies visibles se les asigna el ACIP-1875. Sus pesos respectivos: 3,62 g, 3,57 g y 3,42 g.

La localización de esta ceca no es el yacimiento romano de Segóbriga, en Cabeza del Griego, Saelices (Cuenca), sino seguramente hay que buscarla en el Alto de San Pedro, en Pinilla Trasmonte (Burgos), en el territorio celtibérico de los arévacos. La cronología de las emisiones de sus denarios se sitúa entre el último tercio del siglo II a.C y principios de siglo I a.C.

Por último, cuatro denarios de la ceca de TuRIAZU, todos ellos del grupo V de Gozalbes, y, dentro de este grupo, todos ellos pertenecientes a la fase intermedia. Sus cuños guardan bastante semejanza entre sí. De izq. a dcha. y de arriba a abajo, son, según consta en «La ceca de Turiazu», la excelente monografía de Gozalbes, los ejemplares catalogados con los números 299q, 303e, 421c y 464d. Sus pesos son 3,82 g, 4,05 g, 3,29 g y 3,35 g.

Turi

 

Este grupo V empieza a emitirse hacia el 120-115 a.C y acaba seguramente en el 70 a.C, con el fin del conflicto sertoriano. Se caracteriza por presentar en el anverso los signos ibéricos Ka-S-Tu, y las patas traseras del caballo del reverso recogidas y por encima de la leyenda. Los primeros cuños de este grupo son los del «tipo Alagón» (por aparecer significativamente en este tesorillo), y los últimos presentan un busto de anverso con un llamativo prognatismo mandibular (como el de Carlos I de España). Os muestro un ejemplar de ambos, de mi colección:

38y88

 

El grado de desgaste similar en los doce denarios coincide con la cronología aproximadamente simultánea de ellos. También encaja perfectamente que la ceca más próxima al lugar del hallazgo, la arévaca de SEKoBiRIKeS, es la más representada en él. Sabemos que esa zona de Palencia era territorio vacceo. Los vacceos no acuñaron moneda alguna, pero, como vemos, sí la utilizaron y atesoraron.

Se trata pues de un típico tesorillo de los denominados meseteños, con alhajas y denarios ibéricos y ausencia de romanos, ocultados con toda probabilidad con motivo de la situación de inestabilidad que provocó el conflicto sertoriano (80-72 a.C.) en estas tierras.

 

Quiero agradecer a mi amigo Juan Denarios su inestimable trabajo en el tratamiento de imágenes con el único fin de hacerlas más atractivas en este blog.
Las imágenes de las joyas y denarios que aquí aparecen reproducidas lo son, ateniéndonos a las condiciones legales, como uso privado y no lucrativo y con fines divulgativos, y no podrán ser utilizadas por terceros. Todas pertenecen al Museo Arqueológico Nacional, y son obra de A. Martínez Levas (todas las joyas excepto la 2 y 14, de A. Boyero y M. A. Otero respectivamente) y de M. A. Camón Cisneros (todas las monedas). Gentileza de http://ceres.mcu.es   Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España. Mi agradecimiento a todos ellos.
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8 respuestas a Tesorillo del Cerro de la Miranda

  1. francis dijo:

    Según información del Museo Arqueológico Nacional, el tesorillo de Palencia I apareció en 1911, y no en 1905 (como informó Raddatz), concretamente en la zona de Don Guarín al hacer las susodichas obras del Puente de Hierro sobre el río Carrión, para el ferrocarril secundario.
    En el MAN se expone una fíbula de plata tipo La Tène I, procedente de la colección Antonio Vives, que pensaba que era jienense pero parece pertenecer a este tesorillo.
    Podéis verla aquí: http://ceres.mcu.es/pages/Viewer?accion=4&AMuseo=MAN&Ninv=23184

    Igualmente, probablemente también pertenezca al tesorillo de Palencia I un torques expuesto en el Museo Gómez Moreno, de la Fundación Rodríguez-Acosta, de Granada.
    Procede de la antigua colección del palentino Francisco Simón Nieto (del que hemos hablado en la entrada): http://www.fundacionrodriguezacosta.com/visita-y-servicios/itinerario-de-la-visita/museo/

  2. Elatunako dijo:

    La verdad que es una suerte redocumentar y reconstruir estos tesoros antiguos tan interesantes para nosotros que fueron tan deficientemente publicados en origen y que ahora gracias a la digitalización y publicación de datos de inventario nos da una visión más exacta del hallazgo.

  3. francis dijo:

    Es eso precisamente lo que intento, con mejor o peor fortuna.
    Un saludo!

  4. francis dijo:

    He podido ampliar aún más la información respecto al tesorillo de Palencia I, al tener acceso a la publicación «Los tesoros prerromanos de Palencia», de F.J.Pérez y G.Delibes. No le dedico una entrada pues ya hemos dicho que no contenía denarios ibéricos, pero me parece interesante recopilar aquí cuanto se sabe de él.
    Las joyas se encontraban en una vasija de barro cuya boca tapaba un vaso cónico de plata que resultó dañado por el operario que cavaba.
    La HSA conserva una nota manuscrita en papel timbrado del Congreso de los Diputados de Madrid, con letra atribuible a Francisco Simón Nieto, del que se deduce que apareció el 30 de abril de 1911, y no en 1905.
    También existe confusión en cuanto a su localización: Parece ser que fue durante las obras de desmonte para el trazado del ferrocarril secundario Palencia-Villalón de Campos, en la margen derecha del Carrión a la altura del puente que se construía, aunque Raddatz, que reprodujo el plano de situación que elaboró el coronel Villegas en 1957, lo situaba en cambio en la vía férrea Palencia-León.
    Las joyas fueron adquiridas por Francisco Simón Nieto. Posteriormente vendió una buena parte a unos anticuarios de París, los hermanos Feuardent, a quienes A. Huntington se las compra finalmente el 8 de octubre de 1912. Un torques se lo quedó el palentino, y luego pasó a la colección Gómez-Moreno para estar ahora expuesto en su museo de la Fundación Rodríguez-Acosta, de Granada.
    Para más información respecto a las joyas, os remito al trabajo del ex-monje benedictino silense Constancio del Álamo (conservador de la sección de Arqueología de la HSA) «La colección de orfebrería de la HSA» en el catálogo de la exposición «El Tesoro Arqueológico de la HSA», 2008:
    http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=MUSE_Publicacion_FA&cid=1142605432754&language=es&pageid=1142605412678&pagename=Museos%2FMUSE_Publicacion_FA%2FMUSE_publicacion

  5. francis dijo:

    En esa misma publicación, “Los tesoros prerromanos de Palencia”, de F.J.Pérez y G.Delibes, junio de 2012, estos autores manifiestan estar en condiciones de ratificar que Palencia II y Palencia III son dos tesorillos independientes, pues han podido entrevistarse con un testigo que tuvo ocasión de contemplar el conjunto del hallazgo del Cerro de la Miranda extendido sobre la mesa de su casa el mismo día de producirse, a finales de verano o principios de otoño de 1947 (cuando contaba con 21 años de edad)
    Inmediatamente, el descubridor junto con el párroco del pueblo se desplazaron a Valladolid para ofrecer el lote por varias joyerías. Es evidente que el conjunto se dividió, llegando un torques y un brazalete espiraliforme a la colección Calzadilla. Pasados unos años, un anticuario vallisoletano (probablemente de Tordesillas) a medida que va consiguiendo distintos lotes se los va vendiendo al cordobés Rodríguez Mora, quien a su vez se los vende al MAN (dirigido por su amigo Navascués).
    También manifiesta que el conjunto apareció dentro de una vasija de cerámica, que contenía además dos lingotes macizos de plata, «un pecho petral de un caballo», y un cuenco de plata.
    Lo sorprendente es que el testigo afirma que no había ninguna moneda en el hallazgo. Y además recuerda que años antes, anterior al uso de tractores, un pastor de la zona había descubierto un buen lote de ellas próximo al lugar de los hechos.

  6. Elatunako dijo:

    Parece evidente que hubo más de un depósito en la zona y que encima al ser subdivididos en lotes en el momento del hallazgo se ha creado más confusión. Pudiera tratarse de un tesoro público o privado dividido en lotes en el momento de su ocultación, no es raro que estuviesen por un lado joyas y por otro las monedas en diferentes urnas cerámicas, recordemos hallazgos similares de lotes próximos entre sí, como los tres tesorillos de Padilla de Duero.
    Saludos

  7. Pingback: Tesorillos de Palencia I, II y III | Denarios Ibéricos

  8. David Raúl dijo:

    La Miranda en sentido estricto es una lengua de páramo dominando la llanura del Carrión. En superficie no se veía ningún fragmento cerámico así que seguramente nunca hubo asentamiento vacceo

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