La importancia de estos dos tesorillos radica en que no nos encontramos ante un hallazgo fortuito ni tampoco clandestino, como en tantas otras ocasiones, sino fruto de una excavación científica de un yacimiento arqueológico. Esto nos da la seguridad de que su composición ha llegado íntegra para su estudio, así como la posibilidad de conocer exactamente las circunstancias y localización del hallazgo, sin manipulaciones ni tergiversaciones al respecto.
La excavación del yacimiento del Castro de Chano en sus dos primeras campañas, entre diciembre de 1990 y noviembre de 1991, y dirigidas por Jesús Celis, dio lugar al hallazgo de estos dos tesorillos, compuestos por 17 y 28 denarios ibéricos, respectivamente. Pilar Alegre y el propio Jesús Celis lo publicaron en «Dos tesorillos de denarios ibéricos del Castro de Chano, provincia de León», en la Memoria del VIII Congreso Nacional de Numismática celebrado en Avilés del 1 al 4 de Abril de 1992. De este trabajo he podido extraer gran parte de la información y también tres fotos, de la excavación y del hallazgo, con el permiso del autor, al que desde aquí le agradezco su gentileza.
En la composición de ambos tesorillos no había alhajas ni tampoco ningún denario romano, lo cual tiene su importancia, remarcada por el hecho de que estamos seguros de que no falta ningún ejemplar del hallazgo.
El Castro de Chano se encuentra en el municipio leonés de Peranzanes, en plena sierra de Ancares, en El Bierzo. De pequeñas dimensiones, su superficie habitable no supera la media hectárea, como la gran mayoría de los castros de la zona. Se emplaza en mitad de una ladera con bastante pendiente, dominando un fondo de valle y ríos circundantes. Es interesante señalar que existen otros cuatro castros en pocos kilómetros a la redonda (Cariseda, Peranzanes, Melandriegas y Reconquius), formando una especie de red que se sospecha intencionada y de ocupación sincrónica.
El castro tiene una serie de fosos y zanjas defensivas (posiblemente de tipo hidráulico, canalizando el agua que baja por la pendiente), una muralla o quizá muro de contención, escaleras de piedra y dieciséis construcciones, todas circulares, que le confieren el aspecto característico de este tipo de núcleos castreños, con unos espacios exteriores especialmente estrechos. Las viviendas son colindantes, pero independientes entre sí. No está clara la función y origen por la que se edificó. No parece que su razón sea la explotación agropecuaria en un terreno tan escarpado. Lo más probable es que su misión fuese la explotación de los yacimientos de oro cercanos en conexión con los castros vecinos, controlando cada uno una parte del territorio.
Los estudios arqueológicos parecen revelar que sólo existe un nivel de ocupación, es decir, que fue habitado durante un tiempo no excesivamente prolongado y después abandonado, sin que ninguna señal apunte a motivos violentos como desencadenantes (no hay rastros de incendios, ni derrumbes generalizados, …). Sí hay indicios de que el abandono sucedió abruptamente en un momento determinado, pero por causas que se desconocen.
Es de destacar la total ausencia de elementos romanos entre el material recuperado. Ni cerámicas, ni monedas, etc… También es interesante señalar la presencia de un tipo de cerámica indígena habitualmente ausente en el mundo prerromano del siglo I a.C. y presente en los llamados castros mineros altoimperiales de Asturias y Galicia, que no son anteriores al 15 d.C. Por otro lado, se ha hallado un conjunto de objetos de hierro, además fabricados in situ, que hacen suponer la importancia de esta actividad en la economía del asentamiento. Entre los objetos de bronce tenemos fíbulas de varios tipos, torques, cinturones, enganches, asas decoradas, etc, … que son del siglo II-I a.C. , aunque en el mundo castreño-romano sabemos que perviven hasta nuestra era.
Las cabañas cuya función era la doméstica suelen tener un patrón interior característico: una piedra con cazoleta (seguramente un mortero) junto a la entrada; en el centro, una base con un orificio central para insertar una viga que sujetará la cubierta; y un hogar, sobre una gran losa de pizarra. El suelo es habitualmente de lajas y cubierto con barro prensado. Las paredes interiores presentan huecos a modo de alacenas. Algunas cabañas disponen de un piso superior que hace de altillo.
Tesorillo 1:
Estaba compuesto por 17 denarios ibéricos agrupados y compactados, y una pequeña argolla de bronce que sería el único elemento conservado del contenedor.
Apareció en la denominada cabaña IV, una de las peores conservadas, pues se había desplomado la parte superior de sus paredes.
La estratigrafía del hallazgo nos indica que la localización original del tesoro ha de ubicarse en la techumbre o en el piso superior, pues se encontró en el suelo pero en una capa de tierra marrón oscura con carbones vegetales diseminados y lajas de pizarras pequeñas, formada por el derrumbe de la cubierta.
Parece ser que el propietario ocultaba sus ahorros del alcance de sus vecinos utilizando la parte alta de su estancia. Se podría descartar así una relación directa entre el ocultamiento y un episodio de violencia, pero no sabemos por qué su dueño no lo recuperó cuando abandonó el poblado (ya fuese de manera individual o colectiva). Además, el resto de materiales recuperados en esta vivienda son de poco valor y escasos. Podemos echar a volar nuestra imaginación al respecto.
Tesorillo 2:
El segundo tesorillo consta de 27 denarios ibéricos, y apareció dentro de la cabaña V.
Esta cabaña, de forma ovalada y contigua a la otra, quizá fuese complementaria a ella y dedicada a la actividad doméstica específicamente. En ese caso, el propietario podría haber sido el mismo individuo que acumuló una buena suma de dinero, la dividió en dos lotes, y la ocultó de la vista de sus convecinos.
Del mismo modo que antes, el análisis estratigráfico nos lleva a pensar que el emplazamiento original del tesorillo no es el mismo que el del hallazgo, el suelo del habitáculo, sino un metro por encima, en un hueco de la pared interior.
También aparecieron las monedas de forma agrupada y compacta, con una pátina verdosa de mineralización de bronce producida por adherencia, lo que hace pensar en un contenedor delgado de este metal (ya documentado en otros hallazgos de esta época). También aparecieron en esta estancia otros materiales típicamente domésticos: fragmentos cerámicos, objetos de hierro, fusayolas de piedra, etc…
Estamos ante la principal prueba de la expansión del denario ibérico en territorio astur. Los astures no acuñaron moneda, pero está claro que la conocían y, al menos, la atesoraban.
Todos los ejemplares que aparecieron en ambos tesorillos fueron depositados en el Museo de León. Sus fotografías, que se muestran a continuación, son gentileza de dicho Museo. He de agradecer la amabilidad de su director, D. Luis Grau, que me ha facilitado las mismas y me ha dado la oportunidad de que sean publicados estos conjuntos de denarios en su totalidad, y en buena calidad y resolución por primera vez.
Los 17 denarios ibéricos del tesorillo I se reparten así: 1 BoLSKaN, 1 ARSAOS, 1 TuRIAZU, 1 AREKoRATa y 13 SEKoBiRIKeS.
Denario de la ceca de BoLSKaN tipo Jenkins II-III. Esta ceca suessetana, que posteriormente se convirtió en la Osca romana, se localiza en la actual Huesca. Peso 3,26 g. Cuño: 11h. ACIP-1417. Acuñada en la segunda mitad del siglo II a.C.
Denario de la ceca vascona de ARSAOS. Variante de busto con múltiples rizos, que presentan entre su peinado dos adornos en S, y un tercero, más pequeño, perpendicular. También, justo detrás de la oreja, una especie de roseta formada por cuatro puntos. Como siempre, un arado y un delfín a ambos lados del busto, y el jinete del reverso porta un hacha bipenne o un dardo arrojadizo. ACIP-1656. Pesa 3,47 g, y cuño a las 12h. Acuñada entre la segunda mitad del siglo II a.C. y principios del siglo I a.C.
Denario de la ceca lusona de TuRIAZU. Esta ceca celtibérica seguramente se localiza en el yacimiento de La Oruña, en Vera de Moncayo, no lejos de Tarazona. Este ejemplar se encuadra hacia la mitad del grupo 5 de Gozalbes, tipo 420b, acuñado entre finales del II a.C y principios del I a.C. Pesa 3,34 g, y cuño a las 2h.
Denario de la ceca arevaca de AREKoRATa, ciudad celtibérica localizada seguramente en Muro de Ágreda (Soria). Este ejemplar pertenece a la variante de leyenda en una sola línea y jinete con ambos pies visibles, y círculo con punto central (o signo ibérico Ku) tras el busto del anverso. Pertenecería así a la serie VI (establecida por Paloma Otero) y se acuñó hacia finales del siglo II a.C. Pesa 3,49 g y su eje de cuños es a las 12h. ACIP-1774.
El resto de los denarios que aparecieron en este primer tesorillo pertenecen todos a la ceca celtibérica de SEKoBiRIKeS, localizada probablemente en el yacimiento del Alto de San Pedro, en Pinilla Trasmonte (Burgos). Su cronología podríamos situarla entre el último tercio del siglo II a.C. y principios del siglo I a.C. Se trata de 13 monedas, y llama la atención el alto porcentaje de ejemplares con bustos atípicos para esta ceca. Para esta ceca yo sigo mi propia clasificación basada en el nº de rizos-nº torques-nº puntos/clámide(con/sin)-nº pies.
Los ocho ejemplares siguientes presentan un busto con peinado de seis rizos celtibéricos. Veamos sus variantes:
Los tres presentan un reverso similar, con un jinete sin clámide y un sólo pie visible. Como detalle anecdótico, podemos asegurar (más claramente en el tercer ejemplar) que se trata de un caballo y no de una yegua. Los tres tienen un punto entre el creciente y la nuca, pero los dos primeros tienen un torques y el tercer ejemplar, parece que tiene dos (aunque, por el desgaste, no se aprecia bien en todos los casos). Serían 6r-1t-1/s-1 los dos primeros y 6r-2t-1/s-1 el tercero.
Estos otros cuatro ejemplares de seis rizos presentan en sus reversos a un jinete con clámide al viento y ambos pies visibles. En los tres primeros no se aprecia si el busto del anverso lleva torques: 6r-?-0/c-2.
El cuarto presenta un punto entre el creciente y el busto y porta dos torques: 6r-2t-1/c-2.
Veamos ahora 4 ejemplares de la variante de busto con 8 rizos. Los tres primeros se adornan con un torques. El cuarto, con dos (uno de cada tipo), y además presenta un punto entre creciente y nuca. En todos sus reversos el jinete no porta clámide, y sólo se le ve un único pie. Son 8r-1t-0/s-1p los tres primeros, y el cuarto 8r-2t-1/s-1p. El primero y el tercero (es decir, los dos de la izquierda) comparten cuño de reverso y presentan la peculiaridad de tener los dos últimos signo nexados (Ke-S).
Los dos últimos denarios de SEKoBiRIKeS presentes en este tesorillo tienen, respectivamente, 5 rizos y 6 rizos y medio, y ambos se adornan con 1 torques y en su reverso el jinete no porta clámide y enseña sólo un pie. Su arte es atípico. Son, respectivamente, 5r-1t-0/s-1p y 6 1/2 r-1t-0/s-1p.
Los 28 denarios ibéricos del tesorillo II se distribuyen así entre las distintas cecas: 4 BoLSKaN, 9 TuRIAZU y 15 SEKoBiRIKeS.
SEKoBiRIKeS de 5 rizos: hay seis ejemplares. De ellos, estos dos presentan las mismas características, aunque el segundo tiene un arte muy peculiar. Son 5r-1t-1/s-1p
En los dos siguientes no se aprecia bien, por el desgaste, el número de torques (parece que uno). En el segundo denario tampoco podemos saber si lleva o no punto entre creciente y nuca (parece que no). En lo demás, son del mismo grupo que los anteriores.
Este quinto ejemplar, sin embargo, parece que tiene dos torques, pero en lo demás es semejante a los anteriores: 5r-2t-1/s-1p.
Por último, el sexto ejemplar con 5 rizos presenta unas características distintas. Aunque no podemos ver si hay o no punto entre creciente y nuca (parece que no), y tampoco el número de torques, el jinete de su reverso porta clámide y se le ven los dos pies.
Hay 8 ejemplares con el busto de peinado con 6 rizos.
Cinco ejemplares son del siguiente grupo: 6r-2t-0/c-2p, es decir, 6 rizos, 2 torques y ningún punto entre cuello y creciente del busto del anverso, y jinete del reverso con clámide y 2 pies visibles:
Otros dos son similares, pero el jinete no porta clámide: 6r-2t-0/s-2p. Son estos:
Y el sexto de este grupo de seis rizos sólo lleva un torque, hay un punto entre cuello y creciente y el jinete no lleva clámide y muestra sólo un pie, 6r-1t-1/s-1p:
El último ejemplar de la ceca de SEKoBiRIKeS es un denario de 8 rizos, 1 torque, 3 puntos entre cuello y creciente, y jinete del reverso sin clámide y un sólo pie visible, 8r-1t-3/s-1p:
Los denarios de SEKoBiRIKeS fueron acuñados hacia finales del siglo II a.C y principios del siglo I a.C, sin que se haya podido establecer por ahora diferencias cronológicas en sus variantes.
De la ceca de BoLSKaN hay cuatro ejemplares, todos del grupo II-III de Jenkins:
Se acuñaron hacia la segunda mitad del siglo II a.C.
De la ceca de TuRIAZU tenemos 9 ejemplares, todos pertenecientes tanto a la segunda mitad como a finales del grupo V de Gozalbes, y fueron acuñados entre finales del siglo II a.C. y principios del siglo I a.C.
Como se ve, la ceca más representada en ambos tesorillos es, con amplia mayoría, la de SEKoBiRIKeS. Su localización más probable es Pinilla Trasmonte (Burgos), lo que la convierte en la más occidental de las que acuñaron denarios ibéricos, y, a su vez, en la más próxima al yacimiento del castro de Chano.
Todas las fotografías de las monedas de estos dos tesorillos del castro de Chano se publican aquí por gentileza del Museo de León. Desde aquí mi agradecimiento a su director por su amabilidad y colaboración.
Hola, gracias por haber conseguido publicar detalladamente estos conjuntos con tanto detalle, son muy interesantes; en primer lugar el castro y el enclave es espectacular, yo también pienso que es un tesoro de un mismo propietario dividido en dos lotes; destaca el acusado desgaste de los denarios de Bolskan Jenkins II-III al igual que en otros tesorillos del s. I a. C., lo que nos confirma su relativa antiguedad (2ºmitad del II a.C.); también dentro de los Sekobirikes de 8 rizos hay dos ej. con el mismo raro cuño de reverso que presenta las dos últimas letras nexadas, al igual que en algunos denarios de Arekorata. Saludos
Gracias a ti, por tus comentarios, y por el acertado apunte: efectivamente, dos ejemplares 8r-1t-0/s-1p comparten el mismo reverso, y tiene la particularidad de llevar nexados los dos últimos signos (Ke – S). ¡Muchas gracias!