A finales de los años sesenta del pasado siglo XX unos montañeros encontraron casualmente 8 denarios ibéricos en la cueva de Usategui, en Ataun, Guipúzcoa. No se conocen detalles sobre las circunstancias del hallazgo, como reconoce el autor que lo publicó en primera instancia. En efecto, en 1971 Ignacio Barandiarán Maestu nos da la primicia en «Notas sobre numismática antigua de Guipúzcoa», una de las conferencias y comunicaciones presentadas en la Segunda Semana Internacional de Antropología Vasca celebrada en Bilbao en abril de 1971 y publicadas en La Gran Enciclopedia Vasca en 1973, pp. 339-342, y previamente también en «Estudios de Deusto» 46: 287-303, en 1972, donde indica que «acaba de producirse el hallazgo de un conjunto de ocho denarios ibéricos en San Martín de Ataun». Más adelante dice «desconozco más detalles concretos sobre su hallazgo. Las he podido examinar directamente en su actual depósito provisional en la Sociedad Aranzadi de San Sebastián. Corresponden las ocho a las series de acuñaciones indígenas de la Península, en alfabeto ibérico». Y pasa a describirlas y clasificarlas con la lectura y catalogación de la época, dando además su módulo, peso y ejes de cuños. También publica sus fotografías.
Como curiosidad diremos que la noticia fue publicada en la prensa regional, en concreto en el bilbaino diario «El Correo Español-El Pueblo Vasco», el 31/10/73, firmada por E. de Santimamiñe, siendo precisamente esta la reseña recogida por Mateu y Llopis en «Hallazgos Monetarios» XXII, nº 1401, p. 137 (Numisma 114-119, 1972) del siguiente modo: «Hallazgo 1401. Ataun. Ocho denarios ibéricos de Bengoda/Bascunes, Secobirikes y Turiasu. Hallados por unos montañeros. Información de E. de Santimamiñe en diario «El Correo Español» de Bilbao, del 31-X-73″.
En 1990 Juan José Cepeda Ocampo publica «Moneda y circulación monetaria en el Pais Vasco durante la antigüedad (siglos II a.C.-V d.C.)» donde clasifica y describe (pp. 57-58) y fotografía (p. 214), estos denarios con la numeración 293 a 300. Se trata de 4 BaSKuNES, 2 SEKoBiRIKeS y 2 TuRIAZU, e indica que se encuentran depositados en el Museo de San Telmo de San Sebastián (que era donde entonces tenía su sede de la Sociedad de Ciencias Aranzadi).
Sin embargo, no viene mencionado en el repertorio «Tresors monetaris de la Peninsula Iberica…» de Villaronga.

Cueva de Usategi, Ataun (foto: http://www.ataun.net)
Usategui (o Usategi, pero no Usastegui como erróneamente ha venido denominándose en la bibliografía) es una cueva situada poco más arriba del caserío Urrestarazugarakoa, en la sierra de Itandieta, sobre el desfiladero de Arrateta, en Ataun (Guipúzcoa). A 400 m sobre el nivel mar, desde su ancha boca se domina una amplia vista del valle y montes de enfrente. Es una cueva de gran volumen, 57 m de desarrollo y 5 m de desnivel, que fue utilizada durante años como redil para ganado.

Plano de la cueva (foto: http://www.ataun.net)
En octubre de 1971 el erudito vasco José Miguel de Barandiarán realizó una primera exploración, que luego repetiría desde junio a noviembre de 1973. Con su equipo «recorrimos detenidamente el interior de la cueva y en la parte más alejada de la entrada y en el rincón de más difícil acceso hallamos esparcidos por el suelo diversos cascos de vasija de barro fragmentos de alguna urna cineraria depositada, al parecer, en la Edad del Hierro». Abrieron una trinchera, y hallaron un punzón de hueso, un hacha tallada, un buril doble, lascas de pedernal,un hendedor y un cuchillo también de pedernal, una punta de cuerno labrada y rayada, una azagaya,… Todo esto nos relata en la memoria de la revista Munibe, año XXIX, nº 3-4, 1977: Excavaciones en Jentilbaratza y Kobalde (Ataun) (campaña de 1971), de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. De este modo, la cronología de sus hallazgos podemos decir que van desde el Perigordiense superior hasta el período de la edad del hierro. No consta nada de un hallazgo de monedas, ni por él ni por su equipo. Resulta muy extraño que no mencione como referencia que en el lugar se habían encontrado unos denarios ibéricos por unos montañeros poco antes de su primera exploración, más aún conociendo la importancia que le daba aita Barandiarán a la recogida y registro de datos.
Con la intención de visitar el museo, ver los 8 ejemplares y solicitar sus fotografías, me he puesto en contacto con el Museo de San Telmo, de San Sebastián. La respuesta de Francisco Conde, del departamento de documentación, me dejó consternado: «Lamentablemente las piezas desaparecieron del Museo a finales de los 80 y no disponemos de imagen, por lo que no podemos atender a su petición».
Las mejores imágenes de las que puedo disponer son las publicadas por J.J. Cepeda, que amablemente me ha permitido reproducirlas aquí. Son un escaneo de las de su libro citado: «Moneda y circulación monetaria en el Pais Vasco durante la antigüedad (siglos II a.C.-V d.C.)».
Los cuatro denarios de BaSKuNES del tesorillo son bastante similares. De estilo tosco, poco cuidado y nariz grande, pertenecen seguramente al grupo de las últimas acuñaciones de esta ceca. Todos son ACIP-1630, emitidos a finales del siglo II a.C. Sus pesos son 3,8 g – 3,5 g – 3,2 g – 3,2 g y sus ejes de cuños 12h – 12 h – 1h – 12h, respectivamente, según numeración de Cepeda (293-296).
Los dos denarios de TuRIAZU en cambio sí difieren entre sí. Aunque ambos son del grupo V de Gozalbes, el primero de ellos (297) es de los últimos de esta serie, que se caracterizan por una evidente protrusión mandibular (que les da un aspecto que recuerda al busto de Carlos I de España). Este en concreto es el tipo 540, y pesa 3,2 g y eje de cuño a la 1h.
El otro ejemplar (298) es, como hemos dicho, del grupo V, del tipo 523, seguramente acuñado inmediatamente antes de los tipos «protrusivos». Pesa 2,9 g y su eje de cuño es a la 1h. El punto de arranque de las emisiones del grupo V se sitúa en torno al 120-115 a.C. Al ser ambos ejemplares de los últimos del grupo, probablemente nos situemos ya al inicio del siglo I a.C.
El siguiente es un ejemplar de la ceca celtibérica de SEKoBiRIKeS que presenta una peculiaridad interesante. Escondido entre los rizos del peinado del busto del anverso hay una sorpresa: una letra ibérica que algunos interpretamos como el signo (invertido) que representa el sonido S (es decir, algo así como el dibujo de una M invertida). Para otros, sería el signo que representa el sonido M (es decir, una W con un palito, que no siempre se ve). En 1995, en los Anejos de la AEspA XIV, Paloma Otero publicó “Una firma de grabador en los denarios de Sekobirikes”, en donde describió esta variante en siete cuños distintos. Característicamente todas tienen 9 rizos, y en el reverso el jinete no lleva clámide y sus dos pies son visibles, y la cola del caballo tiene una forma curiosa de delfín. Aunque en el Corpvs no venía, ahora en el ACIP sí, con el nº 1874. También existen ejemplares en los que la marca que aparece es el símbolo creciente lunar. Esta moneda pesa 3,7 g y su eje de cuños es a las 12h.
Por último, otro ejemplar de la ceca celtibérica de SEKoBiRIKeS. En concreto el tipo de busto de anverso de 6 rizos, 2 torques y sin punto entre nuca y creciente, y con reverso de jinete con clámide y un solo pie visible. Es decir 6r-2t-0/C-1. Ambos estarían acuñados entre el último tercio del siglo II a.C e inicios del I a.C. Pesa 3 g, y su eje de cuños es a las 12 h.
De este modo, por su composición, podemos deducir que se trata de un tesorillo ocultado seguramente con motivo del conflicto sertoriano (80-72 a.C), y conformado únicamente por denarios ibéricos. Es una desgracia que haya desaparecido del museo donde fue depositado. Son circunstancias que no deberían suceder de ningún modo.
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